Instituciones Penitenciarias acordó la pasada semana la drástica decisión de trasladar de cárcel a Bartolomé Cursach al detectar la presencia de un grupo de presos, la mayoría extranjeros, que le estaría protegiendo, al tiempo que estaría coaccionando a otros reclusos. Esta medida -adelantada el domingo por este diario- ha sido acordada por la dirección de la cárcel de Palma, y el traslado se realizará en los próximos días. Prisiones ya lo ha notificado al juzgado que instruye la causa contra Cursach, que si bien en ningún momento había solicitado el cambio del preso -al no ser de su competencia-, tampoco se va a oponer al ingreso en otro centro. Además de Cursach, también se ha acordado el traslado a otra cárcel del ejecutivo Tolo Sbert, que está privado de libertad desde el mismo día que su jefe. Se le conducirá también a una cárcel de la Península, pero no será la misma en la que ingresará el empresario del negocio nocturno.

Denuncia de amenazas

La semana pasada El Ico denunció en el juzgado que estaba recibiendo amenazas de presos afines a Cursach y relacionaba estas coacciones por su condición de testigo en la trama de la Policía Local. De hecho, la declaración del joven de Son Banya ha provocado que muchos policías se hayan pasado meses ingresados en la cárcel. El joven identificó al autor de estas coacciones, un individuo que está en prisión, precisamente, por amenazar a testigos que han declarado en la trama Cursach. En concreto, habría coaccionado a una serie de trabajadores de Tito's que ya habrían declarado sobre esta investigación. Este preso extranjero trabajó de portero en la discoteca del Paseo Marítimo. Estuvo bastantes años en su país y, casualmente, volvió a Mallorca una semana después del ingreso en prisión del empresario. Este individuo iba presumiendo de que tenía acceso a armas. Los investigadores dan una total credibilidad a El Ico, por cuanto era muy difícil que tuviera conocimiento previo en la cárcel de que este extranjero estaba preso por amenazas a testigos del caso Cursach. Además, se cuenta con la declaración de otro rumano que también ingreso en prisión, que salió libre después de confesar que estaba amenazando a trabajadores que habían declarado contra el empresario nocturno.

Durante los dos meses que Cursach lleva en la prisión de Palma su comportamiento ha sido exquisito. Instituciones Penitenciarias no tiene una sola queja de él, pero ha preferido trasladarle de cárcel para evitar que se puedan repetir otros episodios de amenazas entre reclusos que estarían protegiendo al magnate de la noche.

Prisiones se ha limitado a informar del traslado de los dos reclusos al juzgado, comunicándoles esta decisión por si ambos han de ser requeridos para cualquier gestión relacionada con el caso. Ni el juez, ni el fiscal tienen competencia para decidir en qué cárcel deben de estar recluidos.