La defensa de Pedro Rosselló Cursach, sobrino del magnate de la noche Tolo Cursach y como su tío encarcelado por un sumario por presunta corrupción, acusa a una testigo de cargo de mentir para incriminarle y seguir viviendo sin pagar las rentas en un piso de alquiler.

Pedro Rosselló se halla en prisión preventiva por orden del magistrado Manuel Penalva desde el pasado 18 de abril por supuestamente amenazar a esa testigo de cargo y al juez y al fiscal que investigan la trama de corrupción en la noche palmesana y de Calvià. Según esta mujer, Rosselló le dijo: "Así que con estas tenemos, tú no creas que estás segura pues sabemos que el juez vive en es Fortí y pasea un perro".

En el recurso formulado ante la Audiencia por la defensa del sobrino de Cursach para conseguir su libertad se niegan dichas amenazas y se mantiene, por el contrario, que todo ha sido una burda invención de la testigo para seguir viviendo de alquiler y sin pagar las rentas en una casa del hoy preso.

La mujer llevaba meses sin abonar el alquiler de un piso propiedad de Rosselló. Por otro lado, y hace unos días, supuestamente estafó casi 500 euros a una pareja a la que prometió alquilar ese inmueble como si fuera de su propiedad.

La defensa ha aportado a la Audiencia datos sobre el historial judicial de la testigo, que aparece como parte en 35 causas instruidas por los juzgados de Palma. De estos casos, tres se hallan en fase de ejecución de la sentencia. Este amplio historial judicial es interpretado en el recurso como un indicio de la escasa credibilidad de la testigo.

Falsa incriminación

Los abogados también destacan que la mujer se habría ofrecido hace unas semanas (hacia el 9 del pasado marzo) a desvelar al Grupo Cursach una supuesta maniobra para incriminar falsamente en hechos delictivos a dos personas encausadas en el sumario. La hoy testigo afirmó que una persona desconocida le había ofrecido, vía telefónica, diez mil euros por implicar en delitos a dos imputados. Otro testigo de cargo le comunicó que recibiría esa llamada, añadió.

La cúpula del Grupo Cursach no quiso contactar con esta mujer, pero informó de su extraña oferta a los investigadores del caso.

La testigo afirmó ante el juez sentirse acosada por el sobrino de Cursach y explicó una serie de detalles que demuestran que se habrían hecho seguimientos a los investigadores. El detalle más explícito es que se sabía que uno de ellos solía pasear a diario a su perro por los alrededores de los institutos de Palma.

No es la primera vez que se detectan seguimientos hacia los responsables de la investigación. El fiscal Subirán denunció hace unas semanas que cerca de las Avenidas, mientras iba caminando, una furgoneta se detuvo a su altura y el copiloto le realizó un gesto con la mano como si pretendiera cortarle el cuello.

El juez Penalva ha mandado a prisión a varias personas acusadas de presionar o amenazar a los testigos. Entre los encarcelados se hallan trabajadores o exempleados del Grupo Cursach, así como el sobrino del magnate, que está en prisión desde marzo.