Los seis hijos varones del difunto empresario José María Ruiz Mateos, que se sientan en el banquillo en la Audiencia de Palma acusados de varios delitos, fracasaron ayer en su primer intento de desmontar el juicio, en el que se enfrentan a penas que suman siete años de cárcel.

Dos de los hijos, Álvaro y Javier, llegaron detenidos, ya que ambos están en prisión, y se encontraron con sus otros cuatro hermanos en la sala de vistas. El tribunal debe pronunciarse sobre si se cometió o no un delito de estafa en la compra, a través de Nueva Rumasa, de dos hoteles que pertenecían a una familia de empresarios de Mallorca, uno en la isla y el otro en Canarias. Los empresarios aseguran que vendieron por la solvencia que les mostró la empresa de Ruiz Mateos, falsificando las cuentas del grupo, que en ese momento ya se encontraba en quiebra.

El abogado de los hijos del directivo jerezano denunció ante el tribunal que preside el juez Jaime Tártalo graves irregularidades en la instrucción de este complicado caso. Pidió que se declarara nula la apertura de juicio oral con respecto a los delitos de insolvencia punible y falsedad, que imputa la acusación particular. Y también solicitó que se anulara la declaración como testigo que realizó el abogado que durante más de 25 años asesoró a Ruiz Mateos en todas sus aventuras empresariales. La defensa sostiene que este abogado no solo era el letrado de José María Ruiz Mateos, sino también de sus hijos. Este abogado entregó en la causa 6.000 folios de documentos, que el letrado pidió que no se tuvieran en cuenta.

Asesor legal

El tribunal rechazó las cuestiones planteadas por la defensa y aplazó hasta hoy su decisión sobre si se aceptan las pruebas que fueron propuestas en la mañana de ayer. Con respecto a la declaración del abogado como testigo, la Sala entiende que actuó como asesor legal de las empresas de Nueva Rumasa y no expresamente como abogado de los seis hijos del polémico empresario ya fallecido.

De las nuevas pruebas sobre las que se pronunciará el tribunal, el fiscal Juan Carrau aportó una carta que envió uno de los acusados a su padre, en la que ya señala la difícil situación económica del grupo antes de la operación de compra de estos dos hoteles. En otro de los correos, que proceden de la causa que se tramita en la Audiencia Nacional sobre el caso Nueva Rumasa, se señala la posibilidad de despedir a 1.500 empleados por las dificultades económicas.

Engaño

La acusación quiere demostrar en este juicio que la familia Ruiz Mateos, padre e hijos, engañaron a los empresarios de Mallorca, generándoles una imagen de solvencia económica que no tenían. Como garantía de pago entregaron un aval solidario firmadas por las empresas más conocidas de Nueva Rumasa.

Aunque el precio que se estableció por la operación fue de 11,6 millones, los vendedores solo cobraron una mínima parte, ya que se acordó un pago aplazado. Los Ruiz Mateos hipotecaron los hoteles y obtuvieron financiación. El dinero no lo dedicaron a los hoteles, sino a otros proyectos. Meses después dejaron de pagar los plazos y la hipoteca.