Alberto Jarabo ha encontrado en el grupo parlamentario de Podemos una rebelión igual a la que acabó con Pedro Sánchez en el Comité Federal del PSOE. Jarabo tiene en Laura Camargo su Susana Díaz. También se enloda el campo de batalla con filtraciones. Y se divulgan respaldos a uno y otro aspirante a liderar Podem-Balears.
Crisis paralelas las que azotan a los socialistas en el conjunto del Estado y a los podemistas en las islas. Queda por saber si en el partido morado también existen los patriarcas que, como González y Zapatero en la izquierda tradicional, intentan dirigir el voto. O lo que es lo mismo, falta conocer a quién darán su bendición Iglesias y Echenique.
Hasta ahora, el líder nacional de Podemos ha arropado a Jarabo en su política de pactos y a la hora de sentenciar a las diputadas díscolas Xelo Huertas y Montse Seijas. Sin embargo, nadie puede garantizar que esta fidelidad vaya a mantenerse inquebrantable.
El respaldo unánime a Laura Camargo del grupo de Podemos en el Parlament puede obligar a los dirigentes de Madrid a variar su estrategia. En el caso de que Jarabo logre mantenerse al frente de la formación política, se producirá una situación semejante a la que conduce a los laboristas ingleses hacia la debacle: Corbin cuenta con el apoyo de las bases pero con el rechazo frontal de sus diputados. Una ruptura en toda regla.
El ascenso de Camargo al poder cohesionará al partido con sus cargos electos, pero tendrá consecuencias en el pacto que gobierna Balears. La profesora universitaria se alinea con los Anticapitalistas de Podemos. Es la corriente a la que pertenecen la líder del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez, y el alcalde de Cádiz, José María González, conocido como Kichi. Un sector que se negó apoyar a Susana Díaz para que revalidara la presidencia de Andalucía, la echó en brazos de Ciudadanos y exacerbó su tirria al color morado.
Un triunfo de Laura Camargo augura la llegada de borrascas para Francina Armengol y su Govern con Més.
