La fiscalía anticorrupción pidió el archivo del caso Palacete, el incremento injustificado del patrimonio del expresident del Govern Jaume Matas, porque las tres condenas que pesan sobre éste no bastan para sostener una acusación por blanqueo de capitales, dada la imposibilidad de demostrar que los millones en dinero negro, o a través de testaferros, manejados por Matas tienen su origen en cohechos o fraudes fiscales. Anticorrupción admite que las arduas pesquisas realizadas desde 2008 hasta la actualidad no han permitido descubrir el patrimonio oculto de Matas en España o el extranjero, una fortuna en negro de cuya existencia no se duda.

El exfiscal anticorrupción Pedro Horrach, en una de sus últimas actuaciones en el cargo, emitió un informe jurídico de varios folios para resumir las sospechas que existen sobre el desmesurado incremento patrimonial de Matas entre 2003 y 2007 y la imposibilidad técnica de imputarle blanqueo de capitales, el único delito por el que se le investigó durante años en la pieza separada 24 del caso Palma Arena. Esta causa fue archivada hace unos días por el juez José Castro, dado que ni anticorrupción ni la acusación particular en nombre del Govern formulan cargos, pero podría reabrirse si aparecen nuevas pruebas.

Tres lujosos inmuebles

Horrach destaca como indicios de que el también exministro de Medio Ambiente con José María Aznar acumuló en unos pocos años un patrimonio no proporcional a sus ingresos o los de su esposa los tres inmuebles que Matas ha usado. Solo uno de ellos, el bautizado como el palacete de Sant Felio 8 de Palma, estaba a nombre del expresident del PP de Balears. Los otros dos, el doble apartamento de la Colònia de Sant Jordi y la casa donde Matas vive desde hace años en la calle Don Ramón de la Cruz 105 de Madrid, están registrados como pertenecientes a otros tantos presuntos testaferros: la madre del expresident (ya fallecida) y Bartolomé Reus, exconseller de Turismo y amigo del principal investigado en este caso).

Pago de las hipotecas

El exfiscal está convencido de que los dos inmuebles en la Colònia de Sant Jordi y el barrio de Salamanca de Madrid pertenecen a Matas, pero ese dato en sí solo no basta para mantener una acusación de blanqueo.

"La utilización de terceros (Reus y la madre de Matas) para realizar operaciones mercantiles, si bien es un dato relevante, no constituye un indicio suficiente en el presente caso, ya que se constituyeron hipotecas sobre los bienes inmuebles reseñados ( en la Còlonia y Madrid), sin que haya podido constatarse que las cuotas mensuales hipotecarias abonadas por esos terceros hayan venido precedidas o simultaneadas de traspaso de fondos opacos entre los intervinientes", dice Horrach.

Los investigadores han rastreado las cuentas corrientes de Matas y sus familiares y las de Bartolomé Reus y no han hallado rastro de esos flujos de dinero.

Tres condenas no bastan

La jurisprudencia exige para que haya delito de blanqueo un incremento patrimonial inusual y/0 manejo de dinero negro; una inexistencia de negocios lícitos que justifiquen esa fortuna y un delito precedente que haya originado ese dinero negro, aunque ese delito no esté acreditado en sentencia firme.

Horrach destaca que Jaume Matas ha sido condenado en tres ocasiones: por los cohechos que recibió su esposa Maite Areal del hotelero Miquel Ramis, dueño del Valparaíso; el tráfico de influencias en favor de Antonio Alemany, que escribía los discursos al president; y por el caso Nóos, por desviar fondos públicos en favor de Iñaki Urdangarin y Diego Torres.

Analizadas esas tres condenas no bastan porque en el cohecho el dinero cobrado por Matas no era negro y era escaso (42.000 euros) para todo su patrimonio y en los otros dos casos los que se beneficiaron de los delitos fueron terceros.

El exfiscal también reconoce que no se ha probado que Matas haya cobrado sobornos de obras públicas o haya cometido delitos fiscales.