La UIB ha recurrido el auto del juez Morell, que ha decidido que intervenga en la investigación judicial del caso Minerval, no como acusación particular, como pretende la institución, sino como responsable civil subsidiario. En cualquier caso, el juez permite que la UIB esté personada en dicha causa, a través de su abogado, y pueda tener conocimiento de todos los informes policiales, de las denuncias que se han presentado y del contenido de las declaraciones de investigados y testigos.

El abogado penalista Gabriel Garcías presentó ayer el recurso para que el juez rectifique su decisión y permita que la UIB esté personada como acusación particular. En el escrito detalla que, en estos momentos, no hay ninguna parte que acuse a la UIB, ni tampoco ninguno de los perjudicados reclama absolutamente nada a la institución universitaria. Por este motivo, no entiende el letrado que el juez haya tomado la declaración de que se le considere responsable civil y no acusación particular.

También cita el letrado que la imagen de la institución se ha visto gravemente afectada, puesto que desde el principio se la ha relacionado con este escándalo, dado que los dos impulsores del falso medicamento Minerval son profesores de la UIB.

En el escrito, el abogado cita varias sentencias del Tribunal Supremo, en las que se señala que un juez puede permitir a una de las partes estar personada en una causa, tanto como acusación particular, como responsable civil subsidiario. Por este motivo, el letrado pide que el juez autorice a la UIB a ejercer la acusación particular.

Por otra parte, el magistrado retomará la próxima semana esta investigación. Tomará declaración a varios perjudicados, familiares de enfermos de cáncer que ya han fallecido, que denunciaron que habían comprado este producto porque se señalaba que podía curar el tumor.

La pasada semana el juez Morell también tomó declaración, tanto a los dos catedráticos investigados, como a testigos que en su momento denunciaron que se estaba vendiendo el Minerval bajo la falsa publicidad de que tenía propiedades para curar el cáncer, cuando ni siquiera se le consideraba un medicamento.

Especialmente significativa fue la declaración de una funcionaria de la conselleria de Salut, que pertenece al departamento de farmacia, que señaló que se había abierto un expediente de oficio, al detectar que se estaban realizando campañas de publicidad indicando que Minerval era un medicamento que podía curar el cáncer. Además, señaló que un catedrático de la UIB, por indicación de la exrectora Monserrat Casas, pidió ayuda a la conselleria para que investigara este producto.