Más de 11.000 alumnos de segundo curso de ESO de Baleares de 150 centros participan mañana en la prueba de evaluación diagnóstica que aplicará el Instituto de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo (IAQSE). La prueba se hace tanto a alumnos de los centros públicos y concertados como privados con el objetivo de disponer de un diagnóstico que permita emprender planes de mejora más ajustados para los próximos cursos.

Los resultados y su estudio serán entregados en los centros y cada alumno conocerá su resultado pero no se harán listas de centros ni rankings de resultados. El objetivo de las pruebas es conocer de la manera más ajustada posible la situación real del centro y a partir de aquí establecer un plan de mejora. Esta información se añade a la que ya se ha elaborado por parte de la IAQSE sobre los resultados de los centros educativos de los cursos pasados y se incorporará a las reuniones que se hacen con los centros educativos para valorar su estado actual y establecer líneas de mejora para los próximos cursos.

El Plan de Éxito Educativo que impulsa la Conselleria de Educación y Universidad prevé la evaluación del proceso educativo como una de sus principales líneas de actuación. De ahí la necesidad, entre otros procesos, de impulsar evaluaciones diagnósticas propias, especialmente en aquellos niveles en que se detectan situaciones más complejas, como es el caso de segundo de ESO. En este nivel educativo Baleares cuenta con un alto número de alumnos que no se encuentran en el curso que les corresponde por edad porque repiten o han repetido algún curso anterior.

Las pruebas se aplican entre los días 9 y 12 de mayo de 2017 y consisten en la realización de ejercicios vinculados a las competencias básicas en comunicación lingüística (catalán, castellano e inglés) y en competencia matemática. Las pruebas evalúan las competencias básicas, o sea, se proponen valorar la capacidad de utilizar y de aplicar en la vida cotidiana los conocimientos y las destrezas adquiridas. Las cuestiones que tendrán que resolver se ajustan al nivel de dificultad habitual del curso que estudian.

Pruebas sin valor académico

Las pruebas no tienen valor académico porque su finalidad es proporcionar, en el centro y a las familias, una información complementaria, un perfil diagnóstico que pueda servir para sustentar acciones de refuerzo que ayuden a corregir dificultades o problemas de aprendizaje. Esta evaluación analiza los resultados de manera singular y específica para cada centro, según su contexto; por este motivo no darán pie a comparaciones ni clasificaciones entre estos. Al analizar de manera tan detallada el contexto escolar, aporta datos valiosísimos sobre los factores que más influyen en los buenos rendimientos, y orienta, así, los centros, el profesorado, los estudiantes y las familias en la mejora del proceso educativo.