El boom combinado de temporadas turísticas de récord y del fenómeno de las viviendas vacacionalesboom ha generado una revalorización de los alquileres residenciales que está afectando tanto a inquilinos de toda la vida, incapaces de asumir las rentas que ahora les piden, como a profesionales que quieren desplazarse en verano a la isla para trabajar. Médicos y policías de la Península tuercen el gesto cuando sacan la calculadora y comprueban cuánto les costará vivir en Mallorca. Éstos son algunos testimonios de los excluidos por la nueva burbuja.

Jesús Moncayo: "No sé adónde ir. Me veo durmiendo en la calle. En dos meses me quedo sin ayudas"

El rostro de Camarón de la Isla, presente en varios carteles, tapiza la pared del estudio de Illetes (Calvià) donde Jesús Moncayo, de 56 años, apila durante estos días unas cuantas cajas de cartón con sus pertenencias. Le quedan unos días para hacer la mudanza. Una mudanza forzosa.

Hace unos meses le llegó un burofax de la propiedad. Le daban hasta el 15 de abril de este año para abandonar el estudio. El motivo: la finalización del contrato. Este trabajador de la construcción, actualmente en paro, llevaba 23 años habitando este pequeño espacio de apenas 15 metros cuadrados más la terraza. Pagaba 300 euros al mes.

Ahora, tiene que volver a buscarse la vida, como cuando llegó a Mallorca al poco de cumplir los 20 años, desde Alemania. Allí habían emigrado sus padres desde Málaga.

"No sé adónde ir. No tengo ningún sitio. No dispongo del dinero para coger otro apartamento, y más ahora que empieza la temporada. Me quedan sólo un par de meses para cobrar la ayuda de 400 euros y pico", cuenta Moncayo, quien, visto lo visto, dice que no descarta meterse de 'okupa' donde pueda. Como él, han tenido que buscarse también la vida los otros inquilinos de al menos una decena de pisos de este edificio de Illetes, a quienes la propiedad les comunicó lo mismo, que daban por finalizado el contrato con el argumento de que éste se renovaba mes a mes, lo que les extrañó sobremanera.

En un primer momento, les dijeron a todos los inquilinos que habían vendido estas propiedades a un grupo inversor interesado en unificarlos y reformarlos como áticos de lujo. Ha pasado el tiempo y, dicen los vecinos, esa venta no la han visto todavía por ningún lado. Lo que sí ven cada vez más claro es que todo responde a un movimiento para consagrar estos apartamentos al alquiler vacacional aprovechando la coyuntura.

Jesús reconoce que el estudio donde ha vivido todo este tiempo -situado en una novena planta y con vistas al mar- puede tener un gran potencial para el alquiler por semanas. "Lo pueden sacar por mucho dinero", relata Jesús, que asegura estar "de los nervios y a punto de coger una depresión" por la situación que está viviendo.

"Yo no sé lo que dirá la ley de todo esto. Sólo sé que no me pueden dejar en la calle, cuando he pagado religiosamente durante los últimos 20 años. Me veo durmiendo en la calle", se lamenta Moncayo.

María Luisa: "Me han subido el alquiler de 380 a 650 euros. No me puedo ir, aquí tengo mi vida"

De burbujas en el alquiler sabe algo María Luisa, una santanderina que lleva 20 años viviendo en la isla. En un abrir y cerrar de ojos, pasó de pagar en la zona de la Lonja (Palma) un alquiler de 380 euros a uno de 650 euros, teniendo que hacerse cargo a partir de ahora del pago del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) y de la tasa de basura.

El propietario del piso, que posee todo el edificio, le propuso pasar del primero donde vivía a un tercero, con las mismas características que el anterior. Cuenta con tres habitaciones, un baño y cocina.

María Luisa aceptó el cambio de condiciones propuesto por el dueño, porque lleva viviendo en este piso desde hace once años. "Si te arrancan de un sitio donde llevas once años viviendo, te arrancan parte de tu vida. Aquí tengo todas mis cosas, mis recuerdos", sostiene esta cántabra, quien, antes de en la Lonja, estuvo viviendo en Illetes y en Palmanova.

Así que se dispone a apañárselas como pueda para hacer frente al nuevo alquiler, que se le ha aumentado en un 75%.

No lo tendrá fácil. Carece de un trabajo fijo y sólo hace horas esporádicas como camarera de piso (la semana pasada, hizo ocho horas en un hotel en este inicio de temporada) y obtiene algún ingreso extra yendo a mercadillos. "No voy a tirar la toalla", sentencia María Luisa.

"La mayoría de casos que nos llegan son de finalizaciones de contratos. En este caso, el dueño tiene derecho a alquilar a quien le dé la gana", explica la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Àngela Pons.

Recuerda, sin embargo, que también hay casos de dueños que dan por finiquitada esa relación contractual sin que nunca se haya registrado en la Cámara de la Propiedad, por lo que las posibilidades de recurrir son imposibles. "Delante de un juez, si no hay este documento, estas personas son 'okupas", dice.

Pons constata la existencia de una burbuja del alquiler. "¿Que ha subido el alquiler? Así es. Hace un año, encontrabas pisos de 300, 400 euros. Y, ahora, está infumable, con el agravante de que los sueldos están igual o más bajos. Junto a la explotación al alza de pisos, está la explotación de los trabajadores", argumenta.

José Evaristo Búrdalo: "Llevamos el arma encima, no podemos quedarnos a dormir en un albergue"

Se atisba un verano problemático para los policías destinados a Mallorca. Hay un serio riesgo de que no tengan garantizado su derecho a una vivienda digna mientras dure su estancia en la isla. "A ver cómo lo solucionamos porque necesitamos un lugar digno y seguro. Llevas el arma contigo y en un nivel cuatro antiterorista como el que estamos no te puedes quedar a dormir en un albergue", advierta José Evaristo Búrdalo, secretario de la Unión Federal de Policía en Balears (UFP).

Con los precios de los alquileres disparados y descartada la opción de alojarse en hoteles -igualmente caros y con pleno de ocupación en julio y agosto- Búrdalo teme que este verano no vaya a haber suficientes agentes voluntarios desplazados a la isla para realizar tareas de protección a la Casa Real.

"Ya sucedió el año pasado. Hubo voluntarios que renunciaron porque no encontraban alquileres a precios razonables. Cobran unas dietas de 45 euros por día para pagarse un sitio en el que dormir. Todo se lo tiene que gestionar cada uno y con lo que se han desorbitado los precios del alquiler a muchos no les compensa venir", relata Búrdalo.

"Antes Mallorca era un destino atractivo, se llenaba fácilmente el cupo de agentes que se necesitaban para refuerzo en verano. Ahora ya no. Encuentras alquileres dignos a partir de mil euros y hay que hacer muchos números para que compense el esfuerzo de desplazarse. Por desgracia no somos la Guardia Civil, que tienen un parque de viviendas para ellos. Que por cierto cuesta un dineral", indica el secretario de la UFP.

Manuel Pavón: "Pasará como en Eivissa, donde a los policías no les queda otra que compartir piso"

"Llevamos tiempo atendiendo llamadas y haciendo de mediadores. Es muy complicado encontrar alquileres a precios asequibles", afirma Manuel Pavón, delegado del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en Balears. "En Mallorca pasará como en Eivissa, donde ya no quiere ir nadie porque está todo desorbitado y los agentes están obligados a compartir piso", añade Pavón.

El complemento de insularidad que se paga en las islas lleva estancado desde hace años, mientras que el precio de los alquileres se ha disparado. "Reclamamos un complemento de insularidad como el que rige en Melilla, Ceuta o en Canarias. Al final el sueldo en Balears es muy similar al que se cobra en Castilla y León, pero con un coste de la vida que no tiene nada que ver en una y otra región", asume Pavón.

Jorge Tera: "Los enfermeros tendrán que buscar por la periferia, pero encontrarán alojamiento"

El secretario general del sindicado de enfermeros SATSE prevé más problemas que otros años para que el personal de enfermería que llegará a la isla para reforzar los centros de salud de la isla encuentre alojamiento, pero no atisba grandes complicaciones. "Las dificultades no serán del mismo calado que en Eivissa, donde donde el sueldo es de unos 1.600 euros y les piden alquileres de 1.200. En Palma hay zonas sin apenas demanda turística donde los precios son más asequibles, aunque tendrán que buscar más en la periferia", valora Tera.

Miguel Lázaro: "Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar"

El presidente del Sindicato Médico de Balears, Miguel Lázaro, augura para Mallorca una situación parecida a la vivida en Eivissa, donde los médicos desplazados a la isla tienen que alojarse en el antiguo hospital de Can Misses por la imposibilidad de encontrar alojamientos dignos a precios asequibles: "Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar. Necesitamos que vengan más médicos y seguro que pasará lo mismo. Es un problema porque no querrán venir".