La crisis de Govern por los 154.000 euros en contratos directos de altos cargos de Més con Jaume Garau se ha cerrado en falso. Ni el PSOE ni los nacionalistas están satisfechos del resultado de unas negociaciones que han culminado con un acuerdo de mínimos para no romper de forma definitiva el Pacto; sí más relajados. Los socialistas no han conseguido hacer desaparecer la conselleria de Transparencia, que ha quedado entredicho, y forzar la dimisión del vicepresidente Biel Barceló. Por su parte, a cambio de salvar a Barceló, Més ha visto como se le arrebata la gestión de Transparencia y se queda solo con una conselleria de Cultura y Participación para la ibicenca Fanny Tur.

Ambas formaciones en el Govern admiten internamente que en función de las medidas que tome la Fiscalía Anticorrupción se deberán producir dimisiones o destituciones de mayor calado.

Socialistas y econacionalistas no se fían unos de otros. Quedó patente ayer con las valoraciones realizadas por la portavoz del Govern, Pilar Costa, que admitió que la presidenta Armengol exigió quitar a Més la gestión de la transparencia del Govern a raíz del escándalo de los contratos con el estratega de Més Jaume Garau. "Es evidente que lo que ha ocurrido estas dos semanas ha tenido que ver en el cambio de Transparencia", indicaba Pilar Costa, que será la encargada de asumir la dirección general que entregará a un socialista. Las tensas reuniones del pasado jueves entre ambas formaciones hacían mella en los rostros de los protagonistas.

Barceló, muy tocado

Biel Barceló reconoció que ha "vivido los momentos más malos" de su "vida política" a raíz de los contratos a su estratega electoral destapados por Diario de Mallorca. No obstante, el vicepresidente del Govern consideró que no debe dimitir, "se han asumido responsabilidades muy fuertes con la dimisión de la consellera Ruth Mateu y el miércoles compareceré en el Parlament para dar todas las explicaciones", dijo Barceló, quien aseguró también que los contratos de Garau con su conselleria de Turismo solo tienen algún problema fácil de subsanar, según la intervención de la conselleria de Hacienda. En cambio, admitió que entre los de Cultura existen "indicios de fraccionamiento indebido".

El PSOE quería más contundencia

En el PSOE no lo dicen públicamente, pero sí en privado. Eran partidarios de que en esta crisis se asumieran responsabilidades más contundentes. No veían suficiente la cabeza de Ruth Mateu, creen que el vicepresidente Biel Barceló también debería haber dimitido.

No obstante, Més se mostró inamovible e incluso se llegó a plantear adoptar medidas de fuerza para hacer cambiar de idea a los socialistas. Había gente de relevancia en el partido ecosoberanista que era partidaria de salir del Govern y dejar a los socialistas que gestionen en solitario, con el único apoyo seguro de sus 15 diputados frente a los 59 que están sentados en el Parlament. Barceló no quiso entrar ayer a valorar esta postura, pero se puso sobre la mesa de los socialistas durante la jornada del jueves. "Nosotros no provocaremos la caída de ningún Govern, pero el PSOE debe saber que se quedará con sus 15 diputados", aseveraba a este periódico un destacado miembro de la ejecutiva de Més.

Ante esta disyuntiva, ambas partes decidieron ceder y llegar al acuerdo de mínimos que no contenta a nadie. El PSOE se hace con la gestión de Transparencia y los econacionalistas salvan a Barceló y se conforman con una conselleria débil como la de Cultura.

En la elección de Fanny Tur, pese a estar vinculada a Més, también ha participado el PSIB. Pilar Costa explicó que Tur fue su consellera de Cultura cuando ella era presidenta del Consell d'Eivissa y Formentera y que tiene una excelente relación. Los socialistas no querían a un nuevo conseller con un perfil típico de Més, como por ejemplo Antoni Verger que estuvo en las quinielas.

Podemos y el PP muy críticos

El socio externo del Govern, Podemos, se mostró ayer muy crítico por primera vez desde que estallara la crisis de los contratos de Més. El líder podemita, Alberto Jarabo, cargó contra sus socios: "Consideramos que esta crisis se ha cerrado en falso, no entendemos de qué manera Més sale de la crisis sin asumir más responsabilidades con todo lo que hemos visto". Según Jarabo, lo ocurrido con Garau es "una puerta giratoria clara, porque una persona que ha trabajado con la administración pasa a la empresa privada y vuelve a hacer contratos con las administraciones". El líder de Podemos en Balears lo calificó como "comportamientos muy reprobables y que por tanto, con la remodelación de hoy, aún no está del todo justificada la salida de esta crisis de Govern".

Por su parte, el PP consideró que la presidenta Armengol "es cómplice de Més", ya que se "está demostrando que existe una trama y continúa manteniendo al vicepresidente Biel Barceló sentado en el Consell de Govern", aseveró Margalida Prohens. La vicepresidenta y portavoz popular añadió: "Nos hemos encontrado con una presidenta atada de pies y manos y al final hemos pasado del caso Més per Mallorca al caso Francina Armengol". Criticaron que sea Pilar Costa que asuma transparencia tras "mentir" sobre el cese del director general de la Abogacía y la no acusación a Matas.