UGT anunció ayer una manifestación en el aeropuerto de Palma el próximo martes contra la política de concesiones a precios bajos de Aena "que está imponiendo explotación laboral" a los más de 22.000 trabajadores de los aeropuertos de Balears, según el sindicato.

A la protesta están llamados los trabajadores de tierra, limpieza, seguridad, comercio y restauración de los aeropuertos de Balears, todos ellos afectados "por las licitaciones de saldo en subastas" que concede Aena mientras bate récords "históricos" de beneficios y llegadas de pasajeros, informó UGT.

El responsable del sector aéreo de UGT, José Manuel Peces, pidió a Aena que "no se lave las manos" y que introduzca precios mínimos para otorgar las adjudicaciones y también cláusulas sociales que eviten la "precarización" que sufren los trabajadores.

"Reclamamos empleo digno a Aena y a sus empresas acólitas", insistió Peces, quien recordó que hay empleados de tierra que tienen que trabajar en dos y tres empresas para hacer 40 horas semanales, lo que les obliga a dormir en el aeropuerto o en sus coches.

También pidió que se garanticen contratos con un mínimo de 30 horas semanales para los fijos discontinuos y de 20 horas para los eventuales, y no de 10, 12 y 15 horas como está sucediendo en el inicio de la temporada.

Bajo mínimos

Por su parte, la responsable de limpieza de UGT, María Llanos, se quejó de que las limpiadoras y el personal de seguridad de los aeropuertos de las islas "están bajo mínimos" y con plantillas más reducidas que el año pasado, a pesar de que se espera un incremento importante del tráfico aéreo.

"Es imposible cumplir estrictamente los protocolos de seguridad con la escasez de personal existente", advirtió Llanos.

El responsable de hostelería, Alejandro Tesías, afirmó que Aena no puede incrementar sus beneficios "a costa de la explotación de los trabajadores" y mostró su preocupación por la pérdida de derechos de los empleados de hostelería en los aeropuertos si Aena finalmente divide la concesión mayoritaria de los bares y cafeterías, como ya ha hecho en Barcelona y Eivissa.