La presencia de un organista condenado por abusos sexuales a menores ha generado inquietud en la iglesia de Santa Maria la Major de Inca. Un grupo de feligreses hicieron saber ayer a este diario a través de un portavoz que han decidido dar de baja a sus hijos de las actividades para niños que se organizan en la parroquia después de constatar que el hombre, de 72 años, fue condenado en 2011 a un año y medio de prisión por haber abusado sexualmente de un menor en Barcelona. El acusado, que durante el juicio negó los hechos que se le imputaban, no llegó a entrar en la cárcel al ser la pena inferior a dos años y no tener antecedentes.

El rector de la parroquia, Antoni Vadell, afirmó ayer que está enterado de los antecedentes penales del colaborador, pero negó categóricamente tener constancia de bajas en la catequesis u otra actividad destinada a menores. El párroco indicó que el hombre se limita a tocar el órgano. "Respecto a lo que sucedió, ha cumplido con lo que tenía que cumplir. Y en este momento le puedo asegurar que su cometido no tiene nada que ver con actividades organizadas para niños. Yo mismo no lo permitiría", valoró el rector.

"Ya ha pagado"

El Obispado de Mallorca apoya al párroco y su decisión de mantener la colaboración del voluntario en Santa Maria la Major. Un portavoz de la institución eclesiástica admitió tener constancia de los antecedentes penales del organista. Sin embargo, no consideró incompatible que siga colaborando en la citada parroquia de Inca porque su actividad no tiene relación con niños. "Sería condenarle dos veces. Ya ha pagado por lo que ocurrió", indicó este mismo portavoz.

El Obispado exige desde el pasado mes de diciembre un certificado negativo del Registro Central de Delincuentes sexuales a clérigos y "laicos que traten habitualmente con menores en las parroquias o en otras entidades diocesanas", según recordó la institución eclesiástica en una carta remitida al personal eclesiástico de la isla en febrero.

Antoni Vadell afirmó conocer esta normativa. "Nosotros fuimos de las primeras parroquias de la isla que enviamos los certificados al Obispado. No hay nadie aquí que trabaje o se relacione con menores habiendo tenido este tipo de problemas en el pasado", subrayó el rector de Santa Maria la Major.

El ahora organista, que según Vadell colabora con su parroquia desde hace algunos meses, fue inicialmente acusado de haber abusado de tres menores, aunque la sentencia del juez declaró probado el delito únicamente contra uno de ellos, al que tuvo que pagar una indemnización económica como compensación.

La diócesis de Mallorca responsabiliza directamente a los rectores de las parroquias de que soliciten los certificados negativos por delitos de naturaleza sexual contra menores. El escrito de la institución eclesiástica enviado a los párrocos, y al que ha tenido acceso este diario, es muy claro al respecto: "El Obispado de Mallorca se reserva el derecho de, si se probase que el rector no ha cumplido estas obligaciones, en el caso de que se ejerciese una acción contra el Obispado, este repetiría la acción contra la persona del rector, que es el responsable último de lo que pasa en la parroquia y de las actividades que se desarrollen, siempre que se pruebe que no se han cumplido con las advertencias que el Obispado ha dirigido a los rectores. Hay que tener en cuenta la responsabilidad penal, pero también la civil".

Asimismo, el escrito recuerda a los párrocos que tienen un "deber de vigilancia" en un asunto tan sensible como este, y les da plena autonomía para actuar en caso de que detectaran la presencia de condenados por pederastia involucrados en actividades para niños: "De acuerdo con la legislación canónica, los rectores tienen el deber y la obligación de apartar, y si es necesario de denunciar a la autoridad competente a toda aquella persona de la cual se tengan sospechas o conocimiento fundado -propio o informado por la autoridad civil/judicial- que no esté llevando a cabo unas buenas prácticas en la actividad que desarrolle".

Finalmente, el Obispado reclama "tolerancia cero en todas estas cuestiones" y detalla los pasos que hay que dar para obtener el certificado del Registro Central de Delincuentes sexuales.

Respaldo

Antoni Vadell reclamó ayer comprensión con la situación del feligrés, y aseguró que no tiene constancia de que ni en la comunidad parroquial, ni en Inca, exista preocupación por la presencia del hombre en su iglesia.

El rector de Santa Maria la Major afirmó sentirse respaldado por el propio Obispado que, aseguró, nunca le ha pedido que apartara al voluntario pese a tener conocimiento de sus antecedentes penales.