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Corrupción

Diez años de un velódromo que arrasó con la corrupción

Hoy se cumple una década de la inauguración del Palma Arena, que empezó siendo investigado por sus sobrecostes y acabó como una macrocausa contra los corruptos

El president del Govern Jaume Matas prueba la pista del Palma Arena. b.ramon

Hoy, 29 de marzo, se cumplen diez años de la inauguración oficial del velódromo Palma Arena, que, al margen de sus hitos deportivos y de escenario de espectáculos y otros eventos, ha dado nombre a un caso judicial que ha llevado a la cárcel al exministro Jaume Matas, ha originado la condena de más de 6 años de cárcel de Iñaki Urdangarin, yerno del anterior jefe del Estado, y ha propiciado que la infanta Cristina tenga que ser juzgada por dos delitos fiscales.

El Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista 2007 empezó el 29 de marzo de ese año en unas instalaciones construidas a propósito para esa prueba y que se tuvieron que levantar deprisa y corriendo porque el tiempo apremiaba. Las carreras se desarrollaron hasta el 1 de abril y hubo competiciones en 17 disciplinas.

Jaume Matas, president del Govern del PP, fue el principal impulsor del Palma Arena y también ha sido uno de los que más imputaciones y condenas han recibido en las 28 piezas separadas en las que el juez José Castro Aragón dividió esta macrocausa.

Mateu Cañellas denuncia

Matas perdió las elecciones en mayo del 2007, abandonó la política y se fue a vivir a Estados Unidos. Le sucedió un Govern del Pacte y el entonces conseller de Deportes Mateu Cañellas (de Unió Mallorquina) fue quien denunció ante la fiscalía en 2007 los descuadres millonarios detectados en aquel proyecto.

Las irregularidades económicas eran de campeonato, nunca mejor dicho: el velódromo había sido presupuestado en 44 millones de euros y costó 110 millones, tirando por lo bajo.

La UTE FCC/Melchor Mascaró, adjudicataria del proyecto, presionó al Govern de Matas para que le pagara un 30% más de lo pactado en la licitación por el flagrante error que se había cometido en la valoración de las obras.

El fiscal anticorrupción Pedro Horrach investigó la denuncia del Govern del Pacte y, tras varios meses de pesquisas, interpuso en el verano de ese año 2008 una querella que correspondió al juzgado de instrucción 3.

El azar hizo así que se juntaran Pedro Horrach y José Castro, dos incansables investigadores dispuestos a mover cielo y tierra para perseguir la corrupción. ¡Y bien que lo hicieron!

Casi 9 años después del inicio de las pesquisas, y a pocos meses de que Castro se jubile y a semanas de que Horrach deje la fiscalía, se puede decir que la instrucción del caso Palma Arena está ya finalizada. Apenas quedan algunas piezas separadas por calificar por fiscalía y acusación particular en nombre del Govern, en el sentido de acusar o de pedir el sobreseimiento.

La siguiente fase será la de los juicios orales, que se prolongará varios años más si, como parece lógico, los acusados agotan los recursos.

Los disgustos de Castro

Castro se puede ir con la satisfacción del deber cumplido, pero la larga instrucción le ha provocado dos disgustos: la ruptura de su amistad con Pedro Horrach y la sentencia de la Audiencia por el caso Nóos, la pieza estrella del Palma Arena.

Fiscal y juez discreparon de la oportunidad de imputar y llevar a juicio a doña Cristina, una diferencia jurídica que provocó un cisma en lo personal. Sobre el fallo de Nóos, Castro lamenta la poco fundamentada absolución de la Infanta y le duele la falta de condenas y la levedad de algunas de las impuestas.

Castro y Horrach tuvieron el coraje de investigar cosas que guardaban una remota o casi nula relación con los sobrecostes del Palma Arena: los foros organizados por Iñaki Urdangarin con fondos públicos; los amaños de concursos públicos en favor de la agencia de publicidad del PP balear (Over Marketing); el millón trescientos mil euros derrochados por Jaume Matas en una maqueta y cuatro esbozos de una Ópera; la financiación irregular del PP insular a través de la agencia de publicidad Nimbus; la compra con dinero negro y dádivas de la sede del PP de Balears (pieza archivada) y hasta los programas que el conocido empresario José Luis Moreno contrató con la televisión pública IB3 (otra causa sobreseída).

Iñaki Urdangarin, Diego Torres y Jaume Matas han sido los peor parados por el afán investigador de Castro y Horrach. El último ha pasado varios meses en la cárcel y los otros dos arrastran elevadas condenas. Los tres recurrirán ante el Tribunal Supremo por Nóos.

La Infanta ha sido absuelta, pero un sector de la sociedad española ha valorado positivamente el que haya sido juzgada pese a su alta cuna. El velódromo ha dado mucho de sí.

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