Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

Company no deja nada para el PP

Company no deja nada para el PP

El "payés" -ejem- que ya preside sin caretas el PP arranca con una intervención plagada del ´yo, mi, me´. Ayer Biel Company dedicó su discurso a hablar de sí mismo, su familia, su pasado bondadoso, sus dotes futbolísticas, su lucha por llegar a ser lo que es y los valores aprendidos por el camino. Uno entiende que los escribanos del nuevo líder obvien el capítulo del bofetón a un menor con condena firme, o los tuits injuriosos con seudónimo contra quien le hizo conseller, pero podrían haber dejado al menos un párrafo para hablar del resto del partido y cuál es la alternativa de gobierno a Armengol.

"Quiero un PP balear sin personalismos", jaleó Company. Ya llega tarde. "No sabía que Biel tuviera tanto ego, estas semanas he estado más pendiente de la campaña y es algo que me ha sorprendido", comparte confidencias un popular alejado del ruido. El sábado Company leyó el guión previsto, y aunque su rival le ganó en la puesta en escena -el coaching que hizo durante su etapa en el Consolat de algo le sirvió-, el flamante presidente deslizó contenido.

Una vez entronizado, el mesiánico Biel Company se muestra como es, convencido de que su lenguaraz dialéctica acompañada de arroz brut y lechona bastarán para remontar las siglas en 2019. Todo(s) lo(s) demás le sobra(n), por eso se pone al lado un secretario general que no le haga ni pizca de sombra.

En su primera jornada del congreso, los populares despacharon las ponencias en un plis plas. Mientras fue conseller de Agricultura, a Company siempre le sobraron los plenos de los martes y la rutina del consejo de gobierno. "Tot això del Parlament són collonades, jo vénc a fer feina, no a perdre el temps!", gustaba de vociferar el de Sant Joan su menoscabo a las instituciones. Se siente más cómodo en el mando y ordeno.

El XV cónclave del PP balear nos deja una sensación algo extraña, no solo por el nivel brutal de enfrentamiento entre los dos candidatos y la falsedad exhibida por ambos en público. También ha faltado chicha. Preguntamos el por qué de la sonada ausencia de Biel Cañellas, el otro yo de Company, y la única respuesta es que "no convenía" que el primer día se viera el estrecho vínculo. Nadie fue a Bunyola a recoger al único president del PP, por lo que se quedó en casa. Lo mismo hizo don José María Rodríguez, pero éste por voluntad propia. Está claro que sin él, el PP ya no es lo mismo.

En cuanto a Rajoy, ni se molestó en mandar a un monaguillo a bendecir a Company. Génova está hasta la coronilla. Solo así se explica que haya tolerado que el otro, el del ridículo, llegara tan lejos.

Compartir el artículo

stats