"Debido a los empujones y a las agresiones, los móviles saltaron por los aires, así que no pudieron pedir auxillio con toda la celeridad requerida en un caso como estos", explicaba ayer Antoni Bellver, gerente del 061, algunos de los pormenores de la agresión que sufrieron el pasado jueves una médico y un técnico de este servicio de emergencias por parte del hijo de una mujer a la que habían acudido a atender por un problema cardiaco.

El agresor, detenido por la Policía Nacional, fue puesto ayer tarde a disposición judicial tras pasar la noche en los calabozos. Tras la comparecencia ante el juez fue puesto en libertad aunque se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de cárcel ya que, aproximadamente desde hace dos años, la justicia equipara las agresiones al personal sanitario y educativo como si de atentados contra agentes de la autoridad se tratara, lo que a la postre implica unas mayores penas por la comisión de estos delitos.

Aparte de los profesionales agredidos, que interpusieron la correspondiente denuncia el día de los hechos, está previsto que se personen en esta causa el IB-Salut y el Colegio de Médicos (COMIB). Y es que no se trató de una agresión leve. Iñaki Unzaga, director médico del 061, explicó que recibieron una llamada en la central de coordinación del 061 alertando de un posible caso de una mujer con una arritmia. Se activó el código correspondiente y al domicilio de los requirientes, ubicado en la calle Manacor de Palma, acudió una ambulancia de soporte vital avanzado, popularmente conocidas como UVIs móviles.

Los afectados, de baja laboral

Una vez allí y tras explorar a la paciente, la facultativa decidió que no se trataba de un caso grave ni urgente por lo que, "con buen criterio", defendió el director médico, decidió requerir una ambulancia menos dotada, soporte vital básico, para proceder a trasladarla más tarde a Son Espases. Al parecer, este hecho soliviantó al hijo de la paciente, que se puso a discutir con los sanitarios hasta que la discusión degeneró en una violenta agresión a la médico, primero, y después al técnico, que se interpuso para intentar poner fin al ataque. Así, ambos terminaron con contusiones en los hombros y la facultativa sufrió además la rotura del esmalte de un diente y del labio, detalló Unzaga, que añadió que ayer ambos se encontraban de baja y que estaban a la espera de ver su evolución.

El gerente del 061 explicó por su parte que los móviles que portan los sanitarios del 061 disponen de un botón antipánico que se activa pulsando la tecla número dos del dispositivo, momento en que todos los operadores de la central reciben el aviso y llaman a su vez al 112 que coordina el envío de las fuerzas de seguridad al lugar de la agresión.

Bellver lamentó que el hecho de que los móviles saltaran por los aires durante la agresión evitó una mayor rapidez en el envío de auxilio y adelantó que en el próximo concurso de ambulancias se exigirá que la comunicación con la central se realice mediante radios tetra similares a las que usa la Policía y que los sanitarios llevarán adosadas en el cinturón. "Y eso evitará que salgan despedidas. Además, al activarlas, en la central se recibirá durante 30 segundos la conversación que se produce en el lugar de los hechos y se activará un geolocalizador para ubicar con más precisión el incidente", garantizó.