En pleno siglo XXI y doce años después de la entrada en vigor en España de la ley que permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo, la mitad de los ciudadanos de Balears no acepta que parejas homosexuales puedan adoptar. Y no sólo eso: uno de cada tres personas en las islas rechaza incluso que se puedan casar. Así lo refleja la última encuesta de la Fundación Gadeso, que aborda el papel de la familia y sus diferentes formas y que evidencia, como señala el estudio, "que todavía queda trabajo por delante para incrementar el porcentaje de los que aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo o que parejas homosexuales puedan adoptar en las mismas condiciones que las parejas formadas por un hombre y una mujer".

Concretamente, en las islas en las que hace un año se aprobó la ley para erradicar la LGTBIfobia, un 49 por ciento de los ciudadanos no acepta la adopción en parejas del mismo sexo y un 36 por ciento ni siquiera que tengan derecho a contraer matrimonio.

Según revela la encuesta de la fundación sociológica, hecha mediante entrevistas a 900 personas, sólo una forma de familia genera menos aceptación que la compuesta por personas del mismo sexo. Sólo un 48 por ciento de los encuestados acepta las familias monoparentales, de padres o madres solteros, mientras hay un 52 por ciento que las rechaza.

Más allá del modelo tradicional de familia, son mayoritariamente aceptadas las parejas que no se casan y las que deciden no tener hijos. Sólo muestran su disconformidad con ellas el 12 y 14 por ciento de los encuestados respectivamente. A estas alturas, también es ampliamente aceptado el divorcio (85 por ciento), aunque aún un 15 por ciento los cuestionan.

Incluso hay quien muestras sus reticencias a las parejas con distinto origen: un 18 por ciento muestra su oposición a ellas.

El amplio rechazo a las familias con padres del mismo sexo o monoparentales contrasta en una sociedad que, según refleja el estudio de la fundación Gadeso, coloca a la familia en segundo lugar de importancia, sólo por detrás de la salud y que entiende que su principal papel es "criar y educar a los hijos" (43 por ciento) y "proporcionar amor y afecto a todos sus miembros" (31 por ciento).

Conciliación de familia y trabajo

Por lo que respecte a políticas públicas dirigidas a la familia, el estudio señala que "hay quienes creen que la administración no debe inmiscuirse en la organización familiar" y que "curiosamente suelen ser los que se muestran reacios a aceptar que existen otros tipos de familia" a aquellas que entienden "como Dios manda".

Las principales demandas en políticas para la familia son las que favorezcan la conciliación de la vida laboral y familiar (57 por ciento) y la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad (52 por ciento). Cabe recordar que la baja de maternidad en España es de 16 semanas y, desde el 1 de enero, la de paternidad de cuatro semanas. Aunque es superior a países del entorno como Francia, donde se dan 16 semanas para las madres pero sólo 11 días para los padres, en Noruega se dan hasta 45 semanas para la madre y 16 semanas para el padre.

Otras de las principales medidas que se piden es garantizar las ayudas para las familias con personas dependientes (47 por ciento) así como ofrecer más beneficios fiscales para las familias con hijos (39 por ciento).