Los pronósticos se cumplieron casi al milímetro y Gabriel Company se convirtió ayer en presidente del PP balear por el 71,82 por ciento de los votos, frente al 27,21 por ciento que obtuvo su rival en las primarias del partido. Un holgado porcentaje que, en realidad, es similar al obtenido en anteriores congresos en los que se enfrentaban dos candidaturas, reflejando que el elegido es aquel al que apoyan los regionalistas. La diferencia es que ayer la participación fue la más baja desde que los populares de las islas celebran primarias para elegir a su líder, a pesar de la enconada campaña que han protagonizado los dos aspirantes al cargo, muestra de que la batalla deja un PP desmotivado y con las tensiones a flor de piel.deja un PP desmotivado y con las tensiones a flor de piel

Al acabar el congreso, el propio Company admitió en declaraciones a los medios de comunicación que la baja participación (el 32,52 por ciento de los afiliados) demostraba que los populares deberán esforzarse en "trabajar de puertas para adentro" para coser sus heridas. Eso sí, ni durante su discurso ni posteriormente quiso comprometerse a una integración que incluyera a Bauzá en la dirección del partido. Company explicó que se sentarán equipos de ambas candidaturas para "hablar de las distintas sensibilidades" y buscar los "equilibrios que den el peso que corresponde a cada una", pero dejando entrever con una calculada ambigüedad que no se planteaba una integración directa de Bauzá. "No hablamos de cargos, sino de sensibilidades y seguro que él (Bauzá) piensa lo mismo porque si no me hubiera pedido un cargo y no lo ha hecho", dijo al ser preguntado por los periodistas.

El peso de esas "sensibilidades" del PP balear quedó ayer de nuevo retratado, con aproximadamente el 70 por ciento de los militantes alineados con un candidato frente al 30 por ciento afines al rival. En 2010, cuando se celebraron las primeras primarias del PP balear para elegir a su líder, Bauzá se impuso por un 69 por ciento a Carlos Delgado, en una votación en la que participaron 9.259 afiliados, casi la mitad del censo. Dos años después, sin ningún aspirante que le disputara el puesto, votaron 7.970 militantes, el 35,9 por ciento del censo.

Ayer acudieron a votar 7.394 populares , el 32,52 por ciento de los 22.636 llamados a las urnas. De ellos, 5.306 apoyaron a Company y 2.010 a Bauzá. Hubo seis votos nulos y 72 en blanco. El nuevo presidente se impuso en casi todos los municipios, salvo en seis, aunque en algunos como Palma (donde la participación fue especialmente baja) lo hizo por poco más del 50 por ciento de los votos y en Menorca también ganó por poca diferencia.

Sin presencia de Madrid

Con un partido desmotivado, la campaña ha dejado un PP fracturado y en el que las llamadas a la unidad han sido la constante en las dos jornadas del congreso popular. Desde la cúpula nacional del partido, fue el propio Mariano Rajoy el que mandó este mensaje. "Con unidad, ganan las islas", dijo Rajoy a Company en su felicitación a través de Twitter. Ningún representante del PP nacional acudió a arropar al nuevo presidente del partido en las islas el día de su elección.

En su discurso ante los afiliados, tras declararse vencedor, Company lanzó constantes llamadas a los partidarios de Bauzá en las que pedía lealtad al partido una vez que ha acabado la contienda con el fin de trabajar unidos para recuperar el Govern en 2019, su principal objetivo. "Poneros detrás de las siglas y empujaremos todos", les dijo. A cambio, les ofreció un difuso "sumar", sin concretar en qué se traducirá. Su intención es que miembros de las dos candidaturas alcancen un acuerdo de integración, pero sin incluir a Bauzá, aunque ayer no lo expresó con claridad.

"El partido está por encima de cualquier personalismo y es la hora de sumar voluntades, porque aquí cabemos todos pero nadie es imprescindible", dijo a los afiliados ante los cuales presumió de ser "una persona normal" y un "payés hijo de payeses" que "no piensa cambiar".

"Hemos de recuperar la unidad, algo fácil de escribir e incluso de decir, pero no es tan fácil practicarlo y eso es lo que os pido a todos, estuvierais defendiendo una candidatura y otra", añadió. Apeló a la necesidad de "olvidar las pequeñas diferencias" y "aplicar la inteligencia, sencillez y humildad" para ganar las próximas elecciones autonómicas. "Todos tenemos que saber ganar y perder y no hablar más de eso, hay que hablar de ir todos juntos y de enterrar todo lo que haya podido pasar", insistió a los afiliados.

Eso sí, dejó claro que no le resultará fácil olvidar la "dura campaña" al presentarse a sí mismo como "uno de los que ha recibido más" en la contienda por el liderazgo del PP. "Me han difamado con mentiras", resaltó en un claro reproche a los partidarios de Bauzá. Por si no quedaba claro, incidió en esta cuestión con el recurso de relatar lo que, según dijo, enseñó a su sobrino en el fútbol: "No está bien entrar sucio a romperle la puerta a un contrario, se puede entrar duro pero no sucio".