n ¿Qué le dirían los portavoces de Terraferida al propietario que alquila lo que puede para sacarse un ingreso extra o para subsistir? Para Valdivielso y Adrover la cuestión clave en el auge del alquiler turístico es que tras la etiqueta de la economía colaborativa y las ideas de la redistribución de la riqueza que genera el turismo, se están escondiendo y aprovechando grandes empresas (incluyendo hoteleras), que han encontrado un nuevo nicho de mercado.

Para ilustrar esta percepción, los representantes que ayer hablaron en nombre de Terraferida pusieron sobre la mesa algunos datos: como que según los análisis que han hecho en Mallorca hay un propietario que oferta a su nombre hasta 632 alojamientos. O como que el 17% de la oferta global de alojamientos está en manos de una veintena de propietarios: 1.916 viviendas y pisos de las que se alquilan son solo de veinte nombres.

"Este negocio genera beneficios a determinados sectores, pero sobre todo a los especuladores", denunció Valdivielso. Adrover aseguró entender al individuo que en el contexto actual "de sueldos bajos" busque un ingreso extra, pero señaló que se ha de ser consciente de que "la suma de todas las individualidades tiene consecuencias". Su compañero insistió en que no quieren "criminalizar" a estos pequeños propietarios, pero que entienden que se ha de ser responsable y, sobre todo, que la Administración ha de saber dar "una respuesta colectiva".

"Pura especulación"

El colectivo ecologista pone el acento en que plataformas como AirBNB "son pura especulación: no tienen trabajadores ni pagan impuestos en Mallorca". Junto con los turistas (que tienen más plazas donde elegir), AirBNB es la gran beneficiada de este modelo de negocio montado en una web y con el que se llevan un porcentaje de cada alquiler que gestionan.

Valvidielso y Adrover subrayaron ayer un dato curioso: solo un 2% de los alojamientos que se ofertan en esta plataforma son de tipo 'bed and breakfast', que es precisamente el origen de este empresa. Sus fundadores decidieron alquilar habitaciones y ofrecer desayuno a los asistentes de un congreso que se celebraba en su ciudad, San Francisco: una de las ciudades donde ya hace dos años que empezaron las movilizaciones contra AirBNB.