Las dudas respecto a la fuerza que hubiera podido conseguir José Ramón Bauzá respecto al que se da como seguro ganador en la contienda por el liderazgo del PP balear, Biel Company, quedaron ayer despejadas con una clara victoria a favor del modelo de partido que representa este último. El regionalismo arrasó en las ponencias que marcarán el ideario del partido para los próximos años , en especial en lo que se refiere a la lengua, cuestión que al final había focalizado la batalla ideológica de los dos contrincantes. El españolismo que representa Bauzá quedó derrotado, aunque hasta que hoy voten los afiliados para elegir al presidente no se sabrá en qué medida. Los cálculos de los partidarios de Company para las primarias de hoy pronostican un porcentaje del 70 por ciento de votos de afiliados a favor de su candidato. Cualquier cifra por encima de ese 30 por ciento que reservan para Bauzá lo considerarían preocupante dada la dura división que se ha agudizado durante la campaña.

Tensión indisimulada

Si algo quedó claro ayer es que el regionalismo se impone, pero lo hace sobre un partido fracturado. La palabra "unidad" se convirtió en la apelación formal durante toda la jornada. En la práctica, Company y Bauzá sólo se saludaron al inicio del congreso, con un abrazo más dedicado a las cámaras y al coordinador general del PP nacional, Fernando Martínez-Maíllo, que a los participantes en el cónclave popular. Los dos rivales no volvieron a saludarse hasta que por la tarde pronunciaron sus discursos. El clima de enfrentamiento entre los partidarios de ambos era nítido, sin que se molestaran en disimularlo. Bauzá subió al estrado para defender su candidatura con algún pitido de sus detractores acallados por los aplausos de sus fieles, aunque sonaron minoritarios en comparación con la ovación y gritos de "presidente" que recibió Company cuando le llegó su turno.

Antes, por la mañana, los partidarios de Bauzá habían perdido su principal batalla, la de la lengua. Carlos Delgado, el que fuera conseller de Turismo, fue el encargado de defender en la ponencia de educación, a puerta cerrada, la lengua balear y la libre elección de lengua. Sus propuestas fueron derrotadas con sólo 30 votos a favor frente a unos 200 en contra. El PP aprobó una enmienda, presentada por Joan Huguet, por la que los padres podrán elegir si sus hijos comienzan su educación con una asignatura en catalán y el resto en castellano o al revés y conforme avancen los cursos ir igualando ambos idiomas hasta que las asignaturas se impartan al 50 por ciento en cada idioma.

Mercedes Celeste, exdirectora general de Planificación Educativa de Bauzá durante la etapa de Rafael Bosch como conseller de Educación, argumentó que las propuestas de Delgado no eran acordes con el Estatut d´Autonomia. Horas después. ya en el pleno del congreso, Celeste fue recibida con abucheos por los partidarios de Bauzá. La ponencia de Educación fue la única de las que se debatieron que recibió votos en contra, aunque tan solo cinco, y unas veinte abstenciones.

De este modo, se ponía punto final a la etapa de Bauzá en el ideario del partido, no sólo en lo que se refiere a la lengua, sino también en cuestiones polémicas, como su decisión de que los imputados no pudieran formar parte de las candidaturas electorales del PP. El partido aprobó que la prohibición se aplicaría sólo a imputados cuando se les hubiera abierto juicio oral por causa penal, rebajando así la exigencia que impuso el expresident. "Tolerancia cero con la corrupción, pero también respeto absoluto a la presunción de inocencia", dijo Company.

En sus discursos, tanto Company como Bauzá hablaron de unidad y se presentaron como defensores de ella. En el desarrollo de lo que significaba esta palabra mostraron sus diferencias. Mientras Bauzá defendió lo que fue la gestión de su Govern y se reafirmó en todas sus actuaciones, Company dejó claro todo lo que el partido necesitaba recuperar, una manera de incidir en lo que había perdido precisamente con Bauzá.

Mensaje de los candidatos

"Necesitamos recuperar el orgullo de pertenecer al PP", insistió Company a lo que añadió la necesidad de "volver a conectar con la mayoría de la sociedad" y "recuperar valores como la moderación y el respeto a la diversidad de opiniones". Tras presentar su candidatura como "un proyecto para sumar personas y sensibilidades para lograr un partido fuerte y equilibrado", apeló al reto de "recuperar el liderazgo social que ha caracterizado al PP balear desde su creación".

"El PP balear ha de recuperar su esencia y ser un partido de referencia", dijo Company quien dejó claro que eso significa no generar "confrontación y rechazo". Añadió que para ganar las autonómicas de 2019 es preciso que los populares vuelvan a "caminar todos unidos" de manera cohesionada. "Os necesitamos a todos, aquí no sobra nadie", insistió apelando a "poner énfasis" en lo que une a los populares de las islas, "que es mucho más que lo que nos separa".

Antes, Bauzá había pronunciado un discurso centrado constantemente en la constante apelación a la "unidad" y la defensa de "lo nostro". Insistió en que si tras el congreso no hay unidad, el partido no recuperará el Govern y no estará "a la altura" de lo que piden sus afiliados y votantes. "Si no vamos juntos no tendrá sentido", dijo el expresident . En cuanto a la lengua, Bauzá fue claro: "Defiendo y defenderé que los padres tienen que elegir en libertad lo que consideren mejor para sus hijos y que el catalán debe ser un mérito para acceder a la administración, no un requisito".

"Mañana (por hoy) elegiréis entre Biel o yo y todos estaremos en nuestro lugar", concluyó Bauzá como último mensaje a los afiliados del PP.