Bartolomé Cursach ha decidido no recurrir el auto que dictó el juez Penalva, por el que ordenaba su ingreso en prisión. El conocido empresario del negocio del ocio ha dejado pasar el plazo legal establecido, no solo para recurrir la decisión ante el propio magistrado, sino para apelar ante la Audiencia, solicitando su libertad. Sus abogados han marcado una estrategia de defensa, en la que de momento no se plantean apelar ante la Audiencia, entre otras cosas, porque el caso sigue bajo secreto de sumario y no se conocen las pruebas exactas que implican al empresario en esta trama corrupta centrada en los negocios de diversión.

El empresario lleva algo más de dos semanas en prisiónlleva algo más de dos semanas en prisión. Se le trata como un preso más. Sus familiares le visitan con frecuencia, pero en la cárcel se encuentra prácticamente solo, contando los días para poder salir en libertad.

Cursach, cuando fue detenido, tras pasar tres noches encerrado en los calabozos, decidió guardar silencio. El juez Penalva y el fiscal Subirán habían preparado una larga lista de preguntas para que pudiera dar una explicación ante los graves delitos que se le imputaban. Sin embargo, por consejo de sus abogados optó por guardar silencio. Ya habría tiempo de declarar, pero en su debido momento, cuando se estudie con detalle el contenido de todo el sumario que, de momento, no se conoce porque sigue secreto.

El juez Penalva, de momento, no tiene ninguna intención de dejar en libertad al empresario, entre otras cosas porque no hay día que no practique diligencias sobre este caso, bien interrogando a otros imputados o tomando declaración a los testigos que van aportando datos sobre la investigación. De hecho, se prevé que estas diligencias continúen en los próximos días, dado que todavía faltan muchos documentos por analizar y se espera que vayan apareciendo nuevos testigos, sobre todo de empresarios o trabajadores de Cursach que pueden sentirse perjudicados por las actuaciones del empresario.

El hecho de no recurrir ante la Audiencia cuando un caso está bajo secreto no es una estrategia novedosa. De hecho, son muchos los abogados penalistas que aconsejan no recurrir las decisiones del juez, entre otras cosas porque las posibilidades de que la Audiencia modifique este criterio del instructor son muy limitadas, debido a que el caso está bajo secreto y, además, se sigue investigando. Sin embargo, la decisión de no recurrir también ha supuesto una sorpresa para los investigadores, por cuanto esperaban que el empresario iba a iniciar cuanto antes una estrategia para salir de inmediato de prisión, aunque fuera bajo condiciones, como podría ser el pago de una fianza, que para Cursach no supondría ningún problema dado su importante potencial económico.

De momento, la defensa tampoco ha solicitado al juzgado que se practiquen pruebas o se cite a declarar a testigos.