Los testigos que han descrito las fiestas que se organizaban en la sala Vip de la discoteca Tito´s, en honor de los policías locales de Palma que, supuestamente, se encargaban de avisar cada vez que estaba prevista una inspección, aseguran que estos invitados narcotizaban a las bailarinas del local para conseguir tener relaciones sexuales con ellas.

Según la información que manejan los investigadores que han desmantelado la trama policial, estas fiestas privadas, con la presencia habitual de al menos ocho policías (todos ellos identificados), se celebraban en la zona privada de la discoteca, que pertenece al empresario Bartolomé Cursach, en prisión desde hace dos semanas. Los testigos han asegurado que los directivos del local ordenaban a las jóvenes contratadas como gogós que entraran en la zona privada para agasajar a los policías. Su trabajo, en ningún caso, incluía tener relaciones sexuales con los funcionarios. Era suficiente que se mostraran simpáticas con ellos, como podría hacer cualquier relaciones públicas con un cliente.

Sin embargo, según han contado varios testigos, algunos de estos policías de Palma se habrían obsesionado con estas mujeres, hasta el extremo de que presuntamente les habrían colocado alguna sustancia estupefaciente en su bebida para superar la resistencia que mostraban a tener relaciones sexuales. Algunas de estas chicas han sido ya identificadas por los investigadores y han confirmado que se sintieron en alguna ocasión indispuestas después de estar en estas fiestas privadas. Estas mujeres desconocían que estos clientes especiales eran policías locales. Las bailarinas han señalado que estos clientes les proponían tener relaciones, pero que siempre recibían una contestación negativa. Sin embargo, en más de una ocasión alguna chica cambió de opinión y ello lo relacionan con la reacción que sentían tras beber la copa, previamente mezclada con droga, a la que eran invitadas.

No es la primera vez que se señala en este caso la obsesión sexual que demostraban algunos de los policías investigados. Por ejemplo, sobre uno de ellos, han sido varios los testigos que han asegurado que, además de pedir dinero, también exigían tener relaciones con las mujeres de los dueños de algunos locales nocturnos, a cambio de que estos negocios no fueran inspeccionados. Y de hecho, se sabe que, al menos, en dos ocasiones consiguió este propósito.

Los testigos que han descrito estas fiestas en la sala privada de la discoteca del Paseo Marítimo han asegurado que la empresa contrataba a prostitutas para que tuvieran relaciones con los policías. No se acostaban con las chicas en esta zona privada, sino que lo hacían, o bien en los despachos de los directivos, o en los vestuarios de los trabajadores.

Según la información que manejan en estos momentos los investigadores, los directivos, además de financiar a cargo de la empresa las bebidas alcohólicas que consumían,(siempre bebían la ginebra más cara), también les facilitaban otras sustancias para aumentar su capacidad sexual. En concreto, se les proporcionaba, si así lo pedían, alguna pastilla de viagra, el fármaco que aumenta la potencia sexual.