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La fiesta en paz

Los de Podemos saben latín

Pretenden pasar por inocentes en política, hacer creer que siempre yerran de forma inocente y sin una intención perversa. Pero ya no son unos recién llegados

Picornell lee el reglamento en el que no cree pero aplica. G. Bosch

Lo dijo Baltasar -Balti- Picornell y tiene razón: "Errar es humano". La frase latina -errare humanum est- se atribuye a San Agustín y tiene una segunda parte: sed perseverare diabolicum (Traducción: pero perseverar es diabólico). Los de Podemos insisten últimamente en el grave error de responsabilizar a la prensa de sus males. Ya que saben latín, persistamos: differ: habent parvae commoda magna morae. Traducción: posterga, las pequeñas demoras a veces producen grandes ventajas. Muchos auguraron que Picornell protagonizaría días de gloria desde la presidencia del Parlament. Lo que no imaginaban es que tardaría apenas tres sesiones plenarias en dar espectáculo.

El presidente del Parlament decidió el martes que la prensa y el público abandonaran la sala de las Cariátides en el momento de comenzar el debate sobre una moción de Podemos, el grupo al que pertenece Baltasar Picornell, solicitando la dimisión del diputado del PP Álvaro Gijón. Esgrimió para tomar esta decisión poco frecuente el artículo 68 del reglamento de la cámara que establece: "Las sesiones del pleno serán públicas, con las excepciones siguientes: cuando se traten cuestiones concernientes al decoro de la cámara o de los miembros de esta o a la suspensión de un diputado o una diputada".

¿Había solicitado el diputado concernido que el debate fuera secreto? No. ¿Lo había reclamado el PP? Tampoco. ¿Qué resorte movió al presidente del legislativo balear a adoptar una medida oscurantista que nadie le había solicitado? ¿Fue una decisión personal o sugerida desde las filas podemistas?

Sea el presidente o su grupo, nos encontramos ante un síntoma más de que a los políticos actuales les produce urticaria una democracia con luz y taquígrafos. ¿Qué se ha hecho del partido que propuso que las negociaciones para pactar un gobierno de izquierdas en Balears se transmitieran en directo?

En apenas unas semanas Podemos ha sido protagonista de dos acciones que ponen en solfa su compromiso con la libertad de expresión y su cintura para aceptar las críticas. La Asociación de Periodistas de Madrid denunció las presiones, amenazas en algunos casos, que sufren los profesionales de la información que siguen las actividades de Podemos. El partido era un sinvivir en vísperas del Congreso de Vistalegre, cuando pablistas y errejonistas echaban un pulso poco fraternal por el poder. A Podemos no le gustaron las informaciones que no controlaba.

Unos meses atrás, el partido también arremetió contra los periodistas que informaron del pelotazo de su líder madrileño especulando con una vivienda de protección oficial.

Lo ocurrido en el Parlament ratifica que a determinada izquierda le pirra ejercer de faro de Occidente de la ética, pero no acepta que sus actuaciones se sometan a idéntico juicio. Quizás aquí se pueda introducir otro latinajo: ad panitendum properat, cito qui judicat. O sea: el que juzga rápidamente se arrepiente muy pronto.

Esta actitud no es exclusiva de los podemistas. El mismo día que Picornell entraba por la puerta falsa en la historia del Parlament, el exministro de Educación José Ignacio Wert, premiado por Rajoy con una generosa canonjía, eludía a los periodistas cuando se descubría su retrato en el Ministerio. Pretendía actuar cum grano salis, es decir, con discreción para evitar preguntas sobre la costosa reforma con cargo al erario público de su residencia parisina.

Acta est fabula, o sea, el espectáculo ha terminado. La commedia è finita, en la versión de Pagliacci de Ruggero Leoncavallo. Ya no queda margen para creer que los errores de Podemos son fruto de la bisoñez. Ya no es posible aceptar que cuando amenazan veladamente o expulsan a la prensa mantienen su inocencia virginal. Saben latín, llevan tres años en las instituciones, sus líderes están bregados en la política internacional. A otro perro con el hueso de Picornell: aplico el reglamento aunque estoy en desacuerdo con su contenido. Su aparato controla los movimientos de sus bases. Sus actuaciones desvelan lo que realmente piensan. Explican cómo son.

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