El final de la intensa semana de la ITB exigió un esfuerzo extra: decenas de empresarios y políticos de la isla se vieron atrapados en Berlín, donde una huelga de empleados en los dos aeropuertos canceló 659 vuelos, tres de ellos a Mallorca (otros tres sí salieron). El alcalde de Palma y el vicepresident Barceló fueron dos de los muchos derivados en bus a Hannover para volar desde allí.