El juez Manuel Penalva en su auto de prisión incondicional para el empresario de la noche Tolo Cursach Tolo Cursachrevela que empleados de éste amenazaron a testigos de cargo tras la detención de su jefe. "No sabéis la que habéis montado, esto no te va a salir gratis", espetó un trabajador del Grupo Cursach a un testigo.

Según el instructor, otro empleado del holding de la noche, la restauración y los gimnasios advirtió a sus compañeros a través de las redes sociales de que "no se le ocurra a ninguno sacar los trapos sucios a relucir".

El primer testigo ha denunciado a los investigadores que ha sufrido un acoso constante en las últimas semanas y que fue despedido en su primer día de trabajo en un restaurante de s'Arenal por las presiones del Grupo Cursach.

Esta persona ha señalado que el jueves 2 de marzo, cuando Cursach llevaba dos días en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, un antiguo trabajador del holding le llamó hijo de puta en la calle, tras mirarle con odio y rabia. Pero las presiones para esta persona no acabaron allí dado que un conocido miembro de una asociación patronal turística escupió al suelo tras cruzarse con él en una calle.

La posibilidad de que los encarcelados presionen o intimiden a testigos es uno de los elementos que han llevado a la fiscalía anticorrupción y al juez Penalva a solicitar la prisión preventiva de Cursach y Bartolomé Sbert, su mano derecha en el Grupo.