La manifestación celebrada ayer en Palma por el Día Internacional de la Mujer superó con creces la de años anteriores, con más de 3.000 personas recorriendo el trayecto previsto, desde la plaza de Porta Pintada a la plaza de Santa Eulàlia. Si el pasado año la cita reunía a un millar de manifestantes, en esta ocasión la participación fue, comparativamente, masiva. También hubo algunas diferencias en las reivindicaciones con más peso, de tal modo que las referencias a las mujeres asesinadas ocuparon un papel prioritario, pero repartiendo la potencia del mensaje con muchos otros, en especial el de la necesidad de poner fin a la brecha salarial y la discriminación. La jornada de ayer tuvo un plus: el paro parcial convocado por organizaciones de mujeres en más de 50 países, como ensayo de lo que puede ocurrir si se para la mitad de la humanidad.

'Som la força que mou el mon. Dones, organitzem-nos. Dia Internacional de la Dona Treballadora. 8M', rezaba la pancarta que abría la manifestación que comenzó a las 7,30 de la tarde. La portaban cinco mujeres jóvenes. Tras ellas, la siguiente pancarta: 'Dones, ni una passa enrera en els nostres drets', llevada por un grupo de mujeres más mayores. El mensaje no era el de un relevo generacional, sino el de una unión por una misma lucha. En la manifestación de ayer, de hecho, había casi más jóvenes, muy jóvenes, que mayores, hombres y mujeres, todos presumiendo con orgullo de ser feministas. Sin matices y sin rodeos.

Los jóvenes se mostraron como los más reivindicativos en pancartas y lemas, ellos y ellas. Ruidosos, dejaron claro que conocían el sentido del Día Internacional de la Mujer, una jornada que, si bien ya comenzó a plantearse a principios del siglo XIX, fue entrado el siglo XX cuando se produjeron varios hechos que acabaron por conducir a esta celebración. El más conocido fue la muerte de 149 personas, la mayoría mujeres, en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York el 25 de marzo de 1911, aunque no fue el único. Lejos de considerar que los avances logrados desde entonces permiten bajar la guardia, los datos muestran una realidad que, para quienes ayer se manifestaron, es objetiva. El desarrollo de la movilización no dejó espacio a la ambigüedad. Gritando fuerte, no se trataba de un homenaje a la mujer en forma de flores, sino de la defensa de sus derechos, de su igualdad.

Otro detalle: el habitual minuto de silencio por la mujeres asesinadas, se convirtió ayer en un estruendo. "Haced mucho ruido, por ellas", fue el mensaje desde el escenario tras la lectura del manifiesto. La respuesta llegó con ganas, en gritos y en el esfuerzo de la batukada de Tambors per a la Pau. "Calladita no estás más guapa", era una de las frases que se repetían en los numerosos carteles que protagonizaron la marcha, por encima de las banderolas rojas de CCOO y UGT. Y ayer fue un día para demostrar que la protesta ya no será silenciosa.

Representantes de todos los partidos de Balears, incluyendo el PP, se sumaron a la manifestación. También una significativa representación institucional, entre ellos los consellers del Govern Pilar Costa, Fina Santiago, Catalina Cladera y Iago Negueruela; el presidente del Parlament, Baltasar Picornell y representantes del Consell de Mallorca y del Ayuntamiento de Palma. También asistió la cónsul marroquí en Balears, Hanana Saadi.

Diana Gomila, de Geneta, y Noelia Mellado, de Ben Amics, fueron las encargadas de leer el manifiesto al final de la marcha, en el que desde un principio quedó claro que las reivindicaciones en esta ocasión partían del marco de la "economía feminista" y contra el "actual sistema capitalista y patriarcal". Junto a ello, un apoyo expreso al paro internacional de mujeres. Un video en este sentido, constantemente jaleado, puso punto final a la manifestación. En él, un mensaje común: "Yo paro y digo basta".