Hay personajes en la historia que debieron morir de puro hartazgo, cansados de tener razón y no poder cambiar nada con ello. Uno de esos es Friedrich Nietzsche, quizá el filósofo que con más tino ha formulado la teoría de que la historia es un bucle que se repite hasta el infinito, un eterno retorno en el que se replican una y otra vez acontecimientos, ideas y sentimientos. El mérito de Nietzsche es mayor si cabe, por dar en el clavo y, sobre todo, por tener la suerte de palmar antes de sufrir la constatación de su teoría cada vez que España nombra un ministro de Turismo. El último se llama Álvaro Nadal y tiene fama de economista eficaz. También se le conoce como principal cachorro político de Mariano Rajoy, y desde ayer está en los registros del sector turístico balear como el enésimo fiasco en forma de ministro de Turismo que no se entera de turismo. Así que está en Berlín estos días de turista, como antes José Manuel Soria, también nombrado por Rajoy, en aquella ocasión para que convirtiera el departamento en el Ministerio de Prospecciones Petroleras y cuentas en diferido en el paraíso bancario de la isla de Jersey. Nadal no ha pecado de fiscalidad creativa ni de amor por los hidrocarburos submarinos, al menos que se sepa, pero ayer dejó claro que lleva una torrija importante en lo que respecta al turismo y a las islas que lo lideran. Pero juzguen ustedes mismos, con dos conversaciones que reproducimos.

La primera es entre el ministro turista y la presidenta balear, Francina Armengol. Ella le afea que Rajoy haya decidido hacerse un puro con la petición de tarifa plana de 30 euros para volar entre islas, propuesta aprobada hasta con votos del PP balear. Él se muestra sorprendido por la invectiva. Incluso despistado:

-¿Qué es eso de la tarifa plana? Vosotros tenéis un 35% de descuento de residente por volar, ¿no?

-No, ministro, es el 50%.

La respuesta es de Francina Armengol, a la que le cambió la cara de enfado por la de sorpresa mayúscula ante la ignorancia de todo un ministro de Turismo, que llega 15 años tarde al descuento de residente. Por si quedaban dudas sobre la competencia turística del recién llegado, Nadal demostró un instante después que sabe tan poco del negocio de las islas que cuando Armengol le pidió soluciones para el alquiler turístico se fue por peteneras con la enésima constatación de que la historia se repite, en este caso la historia de Alfredo Landa y Paco Martínez Soria:

-Bueno, es que el alquiler turístico es algo a tener en cuenta, eso de los quince días en el apartamento de la playa atrae a muchos españoles.

Más estupefacción con el ministro, que se ve que no se ha enterado de las avalanchas humanas en Palma, Eivissa, Madrid o Barcelona y horas más tarde decía ante la prensa mundial que la masificación es poco menos que una invención política de Cataluña y Baleares, los muy levantiscos. Pero esperen, que hay más.

El ministro no sabe de turismo, pero sí de recaudar en Balears

La segunda conversación delatora se produjo en territorio amigo para el ministro, el stand de Iberostar, donde recibe Aurelio Vázquez, expresidente de la patronal hotelera, consejero delegado del grupo de Fluxà y reconocido simpatizante del PP, que esperaba al ministro supuestamente afín con muchas ganas de sacarle algo, que ya toca.

-Ministro, tienes que entrar fuerte, en el sector estamos esperando noticias estrella: inversiones en zonas maduras o la rebaja del IVA que se prometió...

-¡Pero cómo váis a necesitar rebajas de IVA, si estáis subiendo los precios al 4%!

El ministro demostraba con su respuesta fulminante dos cosas. Primera: no se entera de turismo, que las subidas de precios en Mallorca, sobre todo en hoteles reformados, superan el 65% en los tres últimos años. Y segunda: el ministro que en Berlín solo hace de turista sí sabe, y mucho, de recaudar en Baleares, a cuyos gobernantes prometió ayer más inspección fiscal cuando lo que le pedían era ayuda legislativa para frenar la masificación y poner orden en el alquiler turístico. Que es otra forma de no saber de turismo ni de Mallorca, porque le sirvió la represalia en bandeja al Govern balear, que repite historia para volver al eslogan de "Madrid nos roba": "Al ministro, con el alquiler turístico, lo que le preocupa es solo recaudar. Pero a nosotros y a la sociedad de las islas lo que nos preocupa es el caos turístico por exceso de viajeros en algunos momentos, el problema que eso genera de acceso a la vivienda o las dificultades relacionadas con la sostenibilidad ambiental", atacaba Biel Barceló, vicepresident del Govern y líder de Més, que gracias al eterno retorno al "Madrid nos roba", parece recuperado para la causa econacionalista, de la que le habían desterrado los ecologistas del GOB.

¿Toca preocuparse? Pues quienes conocen al ministro dicen que no, que Nadal es nuevo en el sector, pero hará los deberes: "Dadle tiempo, es un hombre brillante y trabajador que pronto dominará estos temas", suelta una ejecutiva que le conoce y confía en que la mejoría llegue antes de que la historia se repita y nombren para Turismo al próximo turista.