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Análisis

Trump y Picornell desarman a sus críticos

Ser presidente del Parlament no parece tan complicado como pensaban los enemigos de Balti Picornell...

Ser presidente del Parlament no parece tan complicado como pensaban los enemigos de Balti Picornell. La flamante segunda autoridad de Balears está descolocando a sus críticos pero también -y en qué medida- a sus socios del Pacto.

En su segundo discurso, el podemista desmontó ayer el argumentario para tacharle de radical y partidista. Su intervención fue light, a ratos incluso insulsa, pero políticamente le funcionó. El tono conciliador rompió los esquemas, como Donald Trump hiciera horas antes. En su primera comparecencia ante el Congreso de los EEUU, el lenguaraz presidente se mostró insólitamente mucho más suave. Ni la mesura verbal de Trump ni la de Picornell son nada casuales; ésta última entra dentro del calculado plan de Podemos para rebajar la tensión tras el terremoto político provocado con la expulsión del partido de la anterior presidenta.

Picornell no tiene discurso; lee el que le marca su formación. Nada que no nos evoque a bastantes de sus antecesores. Podemos quiere que hable sin alterar, pero sin renunciar al ideario político. Hay que reconocer que tanto en su estreno como ayer la estrategia les ha salido bien. "Descafeinado" e "institucional", tildaron Marga Prohens (PP) y Xavier Pericay (C's) respectivamente las palabras del podemista, confirmando su neutralización a manos del rival. Hubieran preferido otro baile de la conga y un desmelene salvaje, pero la izquierda algo ha aprendido por el camino.

"Armengol les ha domesticado", apuntan el tanto a la presidenta del Govern los populares y El Pi. En realidad, la socialista es la primera sorprendida ante la moderación de su homólogo en la Cámara autonómica. A este paso, PSOE y Més tendrán que disculparse ante Alberto Jarabo y Laura Camargo -el tándem que controla Podemos en Mallorca- por haber recelado tanto de Picornell antes de dar su brazo a torcer.

La única coincidencia entre el momento Trump y el momento Balti radica en los asesores. Jarabo ha colocado una pieza de su máxima confianza al lado de Picornell, para que le tutele en la travesía. Por ahora le funciona, habrá que ver qué ocurre cuando el flamante presidente del Parlament compruebe que la promesa de su líder de que podrá irse cada día a Cas Concos a las dos se queda en agua de borrajas.

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