El Govern se vistió ayer de largo para presentar el proyecto de remodelación del antiguo hospital de Son Dureta, con una inversión de 119 millones de euros. El complejo sociosanitario contará con 450 plazas hospitalarias para enfermos crónicos y mentales, más una residencia geriátrica de 120 plazas para personas con alto grado de dependencia. Lo que ocurre es que las obras no se iniciarán hasta finales de legislatura, probablemente en los últimos meses de 2018, a raíz de la farragosa tramitación y adjudicación del proyecto y de las obras de construcción. La presidenta Armengol aseguró que el Govern puede hacer frente a la financiación de las obras y recordó que tener cerrado Son Dureta todos estos años le ha costado a las arcas públicas 5 millones de euros. En los presupuestos de 2017, el Govern destina un millón para poner en marcha el proyecto de rehabilitación.

El área de hospitalización estará dividida en una unidad de convalecencia con 180 camas, una unidad de Ortogeriatría con 30 y unidades de Neurorehabilitación, también con 30 plazas;cronicidad avanzada con 90 camas y una unidad de curas paliativas con otras 30 camas.

Rehabilitación del edificio

El proyecto contempla la rehabilitación del edifico semicircular central. No obstante, se procederá a la demolición de consultas externas y el hospital materno-infantil. En este mismo lugar se construirá la residencia geriátrica, más el edificio destinado íntegramente a enfermos crónicos. Asimismo, habrá un centro para personas discapacitadas.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, aseguró ayer que las negociaciones con el Estado, propietario del solar, van por buen camino y las obras se iniciarán esta legislatura. El objetivo es tener toda la tramitación de proyectos y adjudicaciones de obra durante este año y que en 2018 se pueda proceder a la demolición de los edificios que no se utilizarán. En su lugar se construirán dos edificios de nueva planta.

Son Dureta es propiedad de la antigua Tesorería de la Seguridad Social y en estos momentos está adscrito al ministerio de Sanidad. La cesión es para el Govern, lo que ocurre es que para que la Comunidad Autónoma pueda seguir utilizándolo es preciso que se le dé un uso sanitario. Por este motivo, la finalidad el proyecto del Govern sobre el nuevo Son Dureta será sanitaria y también social.

Armengol explicó que el Ejecutivo "que tengo el honor de presidir apuesta por mejorar los servicios de la ciudadanía y en devolver los derechos que se habían recortado". La presidenta está convencida de que el nuevo centro sociosanitario aborde las necesidades de presente y, sobre todo, "necesidades de futuro de la gente de las islas, dado el envejecimiento de nuestra población".

El nuevo Son Dureta tendrá 76.000 metros cuadrados, de los que 43.000 serán de dos edificios de nueva construcción y 33.000 metros cuadrados del bloque semicircular del antiguo centro hospitalario que se conservará y rehabilitará. El resto del antiguo hospital de referencia de Balears será derribado, según relató el vicepresidente Biel Barceló. "Tenemos dos graves problemas que con este proyecto podremos paliar en gran medida. Por una parte una importante falta de camas de enfermos crónicos y por la otra una necesidad inminente de contar con plazas de residencia para personas asistidas", aseveró Biel Barceló. Sobre esta última cuestión, la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago, indicó que "en Mallorca necesitamos construir unas seis residencias para asistidos y esta de Son Dureta, con 120 plazas para asistidos, servirá para paliar la gran lista de espera que tenemos para entrar en un centro geriátrico y que está sobre las 1.300 personas.

El proceso de las obras

El Govern advirtió de antemano que la reconversión de Son Dureta es un proyecto a largo plazo. Se iniciará durante esta legislatura, pero se deberá continuar en los próximos mandatos. En este sentido, la presidenta recordó que tener cerrado Son Dureta ha tenido un coste de 5 millones de euros para el Govern. En este sentido, prometió que el Govern podrá hacerse cargo de la inversión de casi 120 millones inicialmente prevista. Al mismo tiempo espera que el aumento de la financiación que reclaman al Gobierno central se concrete para facilitar este y otros proyectos de mejora de servicios públicos.

La consellera de Salud, Patricia Gómez, relató que se trata de un proyecto a largo plazo debido a que "primero debemos conseguir todos los permisos, adjudicar los proyectos arquitectónicos, proceder a la demolición de los edificios de consultas externas y el materno infantil y después remodelar el edificio semicircular". Por ello, Gómez aseguró que se trata de un largo proceso que confían en tener adjudicado y a punto de iniciarse en 2018.

El Govern ahora iniciará un proceso de participación para consensuar el proyecto del nuevo Son Dureta con las diferentes asociaciones y entidades de los sectores sociosanitarios. Asimismo, hoy será presentado a los diferentes grupos parlamentarios.