Un fallo de las acusaciones ha impedido al tribunal del caso Nóos imponer una pena más dura al expresident del Govern del PP Jaume Matas. Fiscalía, Manos Limpias y Govern balear pidieron que al también exministro de Medio Ambiente se le aplicara la agravante de reincidencia, pero no aportaron pruebas de sus condenas anteriores.

El fiscal anticorrupción Pedro Horrach solicitó al final del juicio del caso Nóos una condena de cinco años de cárcel condena de cinco años de cárcelpara Matas, que ha sido sentenciado a tres años y ocho meses de privación de libertad. Horrach pidió que se le aplicaran al también exministro de Medio Ambiente las atenuantes de reparación del daño (Matas vendió su palacete de la calle Sant Feliu y dedicó la mitad del dinero obtenido a la posible condena de responsabilidad civil) y la de confesión.

Pero la fiscalía y también la acusación particular en nombre del Govern solicitaron para Matas, defendido por Josep Zaforteza y Miquel Arbona, la agravante de reincidencia.

En consonancia con esas circunstancias, Horrach reclamó para el expresident una condena de 5 años de cárcel, que finalmente ha sido rebajada a 3 años y 8 meses de prisión.

Matas cuando fue juzgado ya tenía dos condenas firmes: una del Tribunal Supremo a 9 meses de privación de libertad por tráfico de influencias en favor del periodista Antonio Alemany y una segunda a una multa de 9.000 euros por un cohecho impropio, dictada por un jurado popular, sentencia que después fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Balears y el Tribunal Supremo.

Sin embargo, las acusaciones no aportaron a la vista de Nóos el certificado de antecedentes penales de Matas o copias de las sentencias firmes contra éste. Este fallo ha impedido a las tres magistradas analizar si cabía aplicar la agravante de reincidencia y subir la pena para Matas.

Nuevo juicio por el Palma Arena

De forma paralela, la Audiencia señaló ayer para los días 11 a 15 de septiembre el juicio contra Matas por la contratación irregular del primer arquitecto del velódromo Palma Arena, Ralf Clemens Schürmann. El expresident del PP balear tiene en su horizonte inmediato dos juicios penales pendientes por otras tantas piezas separadas del Palma Arena, las números 8 y 9 (Nóos es la 25).

Ayer la sección primera de la Audiencia señaló para septiembre la primera de esas vistas, la referente a la pieza 8 o la de la contratación irregular de Schürmann. El mismo tribunal tiene señalada para abril una vistilla preliminar sobre los dos juicios, audiencia que, entre otras cosas, servirá para determinar si las defensas de Matas y la fiscalía anticorrupción han llegado a algún tipo de acuerdo sobre esos casos (o todas las causas pendientes) y para analizar la conveniencia de que los dos casos se celebren en un único juicio.

Matas se enfrenta a cuatro años de cárcel por esas dos piezas separadas. Govern y fiscalía anticorrupción le imputan dos delitos de prevaricación y otros dos de fraude

Culpa a Ballester

Matas reclama su libre absolución por la pieza 8 y asegura que no conocía de nada a Schürmann y que su fichaje corrió a cargo del entonces director general de Deportes José Luis-Pepote Ballester.

Los hechos se remontan a finales del 2004 cuando el Govern del PP decidió construir el velódromo público en Palma para albergar los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Pista de 2007. Según la fiscalía, Ballester propuso en noviembre del 204 a Schürmann el encargo de diseñar y construir la instalación, que inicialmente iba a servir para varios deportes.

Schürmann fue contratado formalmente en enero de 2005 y pactó con el Govern que cobraría 9,466 millones de euros. Meses después fue despedido.