Los trasplantes hepáticos son la gran asignatura pendiente de esta comunidad ya que sus responsables políticos sanitarios, por razones que no explican con suficiente claridad, se han negado a implantarlos pese a que existen tanto los profesionales preparados para realizarlos como la demanda suficiente para implantar este programa de trasplantes.

El año pasado, a un total de 13 baleares se les trasplantó un hígado en Cataluña tras aguardar un buen número de meses la llegada de un órgano compatible, con los problemas de manutención, alojamiento y laborales que conlleva este hecho a los familiares de los pacientes y a los propios enfermos.

Preguntado por esta cuestión, el coordinador de trasplantes de Son Espases reveló que en 2016 el hospital de referencia obtuvo un total de 32 hígados y que todos ellos salieron de las islas para ser trasplantados en centros autorizados de la península.

A la hora de poner en marcha un programa de trasplantes hepáticos en esta comunidad autónoma, el doctor Julio Velasco apostó por hacerlo con carácter autonómico, esto es, que una comisión gestora de la que formasen parte todos los jefes de Digestivo de los hospitales públicos de las islas establecieran de forma consensuada los criterios clínicos para ser incluidos en la lista de espera para este tipo de trasplantes.

"Se trata de un gasto muy importante en profesionales y estructura sanitaria por lo que antes de implantar este programa hay que pensarlo muy bien", admitió el especialista.

"La oferta genera demanda"

Sobre la falta de demanda de este tipo de trasplantes aducida por algunos responsables políticos, leáse la consellera Gómez en declaraciones realizadas en el Parlament, el especialista contrapuso que "si hubiera un programa de trasplantes hepáticos, saldrían más pacientes, la oferta genera demanda. Además, se podría trasplantar a los pacientes con cáncer de hígado, pero es una decisión del IB-Salut y la Conselleria".