Condenados, pero afortunados dentro de lo que cabe. Desde luego el tribunal del caso Nóos está dejando más sorpresas de las esperadas. No es arriesgado afirmar que en las porras hechas antes del fallo, el 90% de los participantes apostó que: A) la Infanta saldría absuelta. B) Urdangarin sería condenado a cárcel, aunque probablemente no llegaría a entrar. Y C), nadie devolvería el dinero robado a la ciudadanía.
En términos generales, la quiniela popular coincide con el resultado de las deliberaciones de las magistradas Samantha Romero, Eleonor Moyá y Rocío Martín. Lo que resultaba difícil de imaginar es que además de costear a los condenados sus excesos con fondos públicos, encima habría que reintegrarles parte del dinero. Dos tercios para ser concretos en el caso de Jaume Matas. Al igual que la Infanta y su marido, al corrupto expresidente del Govern la sentencia del caso Nóos le ha salido a devolver. El mundo al revés, que diría Federico Trillo a su manera.
Hay que tener mucha paciencia para leer la sentencia completa -y no por sus extensas 700 y pico páginas-, por ejemplo la consideración de utilidad que según las juezas tuvieron los foros para selectos celebrados en Mallorca, o que su precio fue ajustado al valor de mercado. O que los organizadores, Urdangarin y su socio Diego Torres, "disponían de la cualificación necesaria", cuando el propio Matas ha confesado que contrató esos eventos solo porque ponía la cara el yerno del rey.
El tribunal reconoce al expolítico del PP corrupto el atenuante de reparación del daño. Matas se desprendió en su día del palacete junto al Born, adquirido con los métodos más o menos conocidos, para poder hacer frente a la fianza por responsabilidad civil. Entonces pagó de más, ha dictaminado esta Sala de la Audiencia, por lo que ahora hay que reintegrarle en su cuenta en blanco 650.000 euros.
Llegados a este punto, puestos a hacer Justicia lo realmente idóneo es que entre todos los mallorquines le devolvamos el palacete de marras. Urge iniciar una recogida de firmas en change.org para que el Supremo -el mismo que le rebajó una primera condena de 6 años a 9 meses-resarza al expresidente con el retorno del inmueble. Por supuesto, sin olvidarse de la escobilla de 300 euros.
