El Moviment Escolta i Guiatge de Mallorca ha conseguido reunir a varios miles de personas en la manifestación "A Mallorca també volem acollir".

Un acto reivindicativo que tenía como principal finalidad la lucha en favor de las personas migradas y refugiadas. Se han mostrado pancartas a favor de los refugiados y en contra de las políticas del Gobierno central, al considerar que no ha activado los protocolos para acoger en España los miles y miles de refugiados de Siria e Irak que han llegado a Europa.

La concentración en favor de los refugiados celebrada en Mallorca, al igual que en otras ciudades del país como Barcelona, se inicio a las 18.30 horas en la Plaza Major. El objetivo de la marcha ha sido reclamar que Mallorca pueda ser tierra de acogida y defender el derecho a la libre circulación de las personas en nuestro territorio.

El recorrido de la maniufestación se ha iniciado en la Plaza Major y por las calles de Colom, Palau Reial, de la Victòria, Conqueridor y de Tous i Maroto. Concluyó en el Paseo del Born. Una vez la concentración ha llegado a Es Born se ha realizado una representación simbólica anillando chalecos a las farolas del paseo. Eran prendas similares a los que llevan las personas refugiadas cuando se embarcan a las pateras y son recogidas por las embarcaciones de salvamento.

Acto seguido se ha leído un manifiesto en favor de las personas migradas, mientras los asistentes a la concentración encendían velas representando las luces de los faros de los puertos.

Entre los participantes destaaron numerosos cargos públicos. Es el caso de la consellera de Servicios Sociales y Cooperación, Fina Santiago; el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat; el vicepresidente del Govern, Biel Barceló o el conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal.

Santiago ha declarado que ha salido a la calle "para que el Gobierno español y la Unión Europea aceleren el traslado de refugiados". La consellera ha recordado que en Balears han sido acogidas 70 de los 350 refugiados asignados a nuestra Comunidad y lamentó la mala respuesta del Gobierno central y la UE a la necesidad dramática de quienes huyen de la guerra.