El sector del taxi de Mallorca es complejo, diverso y heterogéneo. Por eso los propios trabajadores consideran todo un logro la unión que se ha conseguido para exigir al Govern que desista de crear líneas regulares de autobús para conectar el aeropuerto con las principales zonas turísticas de Mallorca. "Nunca habíamos estado de acuerdo al completo, pero esto es algo que nos afecta a todos". Estas son las palabras de Guillem Roig, taxista en Cala d'Or desde hace 25 años.

Los taxistas de las zonas turísticas son los más afectados por la iniciativa del Govern porque muchos de ellos ya no podrían ir al aeropuerto y tendrían que limitarse a su zona. Por ello han decidido participar en la manifestación de hoy. Entre ellos estaba Guillem, concentrado en Son Moix desde las 10.15 horas de la mañana. Junto al polideportivo ha podido vivir el ambiente de unión, preocupación y, sobre todo, esfuerzo en la organización. Nadie quería que algo saliese mal. Apenas ha habido cánticos contra el Govern y algún petardo y se han reservado las fuerzas para el Consolat de Mar.

El trayecto ha sido emotivo y sobre todo ruidoso. Guillem ha tenido tiempo para repasar muchos aspectos de una batalla que pronostica larga. "Es muy importante estar unidos y sobre todo tener la convicción de que no podemos aflojar. Esto es solo el comienzo y si el Govern no cede habrá que tomar medidas drásticas, incluso tendremos que hacer sacrificios personales", afirma.

A pesar de la tranquilidad con la que ha discurrido la marcha, el ambiente entre el gremio es de preocupación."Hay mucha decepción entre nosotros por cómo se han hecho las cosas y muchos estamos nerviosos porque es muy difícil negociar en estas condiciones".

Además, el colectivo considera que desde les están poniendo a la opinión pública en contra. "En verano salgo a las 08.00 y vuelvo a la 01.00 de la madrugada. Si trabajásemos ocho horas ganaríamos mucho menos que un trabajador normal. Ni mucho menos ganamos 6.000 euros al mes como he llegado a escuchar. Nosotros picamos piedra pero nos están dejando como a los malos de la película", se lamenta Guillem.

Ya en el Consolat de Mar ha subido la intensidad con gritos, exigencias, petardos y bengalas. Han sido recibidos por el jefe de gabinete de Francina Armengol y han conseguido una reunión para el viernes. Los taxistas habían avisado que habría medidas drásticas y al final de la manifestación han anunciado la primera: paros del 6 al 13 de marzo si no hay acuerdo el viernes. "Pararía incluso en verano, que es cuando más dinero ganamos. Sería duro pero nos queda más remedio", concluye convencido el taxista de Cala d'Or.