Los seis hermanos varones Ruiz Mateos Rivero responsabilizan a su padre fallecido, José María Ruiz Mateos Jiménez de Tejada, de la compraventa de sendos hoteles en Mallorca y Gran Canaria, por el que se enfrentan a sendas penas de siete años de cárcel cada uno. Los seis hijos del difunto dueño de Rumasa y Nueva Rumasa están acusados de una presunta estafa de 50 millones de euros, que será enjuiciada el próximo mayo por la Audiencia de Palma.

El fiscal y la acusación particular en nombre de la familia Radó, propietaria del Beverly Playa de Peguera y del Beverly Parck de Maspalomas (Gran Canaria) coinciden casi al cien por cien en sus relatos acusatorios.

Los afectados, representados por Gabriel Sánchez Vila, reclaman una indemnización de 50 millones de euros. Sin embargo, las gestiones efectuadas por la fiscalía, la Policía y tres juzgados de instrucción de Palma, donde se han seguido otras tantas causas contra el clan similares, no han permitido localizar bienes u otros activos a nombre de los acusados.

Las perspectivas de que se pueda recuperar algo de la suma supuestamente estafada son muy negativas, aunque existen otras sociedades ajenas a Nueva Rumasa emplazadas como posibles responsables civiles.

Responsabilidad extinguida

La fiscalía llegó a pedir la condena de Ruiz Mateos padre, pero su fallecimiento extinguió su responsabilidad penal.

Sus hijos acusados son Zoilo, José María, Javier, Alfonso, Pablo y Álvaro, que también compartirán banquillo en otro futuro juicio por la supuesta estafa millonaria en la compra del hotel Eurocalas de Mallorca a la familia Miralles.

Los acusados, en ambos procesos, han rechazado haber engañado a los antiguos propietarios aparentando una gran solvencia y ofreciendo unas falsas garantías para poder comprar los hoteles a plazos.

En ambas operaciones Nueva Rumasa pagó algunos de los pagarés pactados con los vendedores, pero después dejó de hacerlo y ofreció a los vendedores nuevas garantías que también resultaron inútiles.

La compraventa de los dos Beverly se hizo en 2008 y la familia Ruiz Mateos prometió pagar casi 76 millones de euros por los dos negocios. Un 81 por ciento de esa cantidad (más de 61 millones de euros) se iban a liquidar en pagarés a abonar en un plazo de entre seis y diez años.

Los vendedores cobraron una pequeña parte de los plazos, pero luego ya no recibieron más dinero.

Otros 61 millones

Al igual que en el Eurocalas, la familia procedió a hipotecar con rapidez los dos Beverly y recibió unos 27 millones de euros por el Beverly de Peguera y alrededor de 34 millones por su homónimo de Maspalomas.

Estos millones fueron entregados a algunas de las compañías más emblemáticas de los Ruiz Mateos: Comerciales Trapa, Grupo Dhul, Chocolates Elgorriaga y Clesa y otras sociedades menos conocidas.

Las acusaciones postulan que aquellos 61 millones no fueron destinados a mejoras en los hoteles o abonar los pagarés a los vendedores. El dinero se perdió en el maremágnum financiero de Nueva Rumasa, al igual que pasó con la hipoteca suscrita sobre el Eurocalas.

Las cargas de los Beverly se complicaron con más hipotecas, lo que, en opinión de las acusaciones, hicieron imposible que los antiguos propietarios recuperasen los establecimientos cuando se dejaron de abonar los pagarés.

Ruiz Mateos padre contaba con antecedentes por tres sentencias firmes, la última de 2006 por alzamiento de bienes.

Sus hijos Javier, Alfonso, Pablo y Álvaro han sido también condenados por varios delitos. Dos de ellos están en prisión.