Los sindicatos sanitarios exigirán al IB-Salut que audite las tareas de mantenimiento del hospital de Son Espases ya que, como han constatado, la concesionaria estaría llevando a cabo reparaciones de averías y desperfectos eludiendo el control del Servei de Salut y evitando, por tanto, posibles penalizaciones en caso de no llevarlas a cabo en los tiempos y formas pactados.

En nombre de CC OO, Francisco Moreno, delegado de este sindicato en Son Espases, aseguró que exigirán una auditoría que esclarezca por qué "hay órdenes de trabajo para arreglar desperfectos con códigos sanitarios (que identifica al solicitante y garantiza la supervisión administrativa del proceso) y órdenes sin códigos sanitarios". Negó asimismo el desconocimiento del problema alegado por el IB-Salut al asegurar que este hecho ya fue denunciado por su sindicato por escrito ante esta instancia hace más de seis meses. Y reclamó que solo se cursen las peticiones de arreglos que lleven los citados códigos sanitarios.

Fuente de problemas

Miguel Ángel Romero, secretario general de la Federación de Servicios Públicos, lamentó en primer lugar el modelo de concesión que se aplica tanto en Son Espases como en el hospital Can Misses, modelo que no dudó en calificar como "fuente de problemas que disminuye la calidad del servicio que se presta y que precariza las condiciones laborales de los trabajadores". Por ello reclamó al IB-Salut que disponga del personal suficiente para que "pueda revisar todo lo que hace la concesionaria y que pagamos todos los ciudadanos".

Álex Juan, delegado sindical de los auxiliares de enfermería (USAE) consideró que el sistema de notificación de incidencias que ha puesto en marcha la concesionaria "es una puerta de atrás para evitar las sanciones del IB-Salut". Y dijo conocer varios casos en los que los responsables de la concesionaria emplazan a los trabajadores a no usar el sistema informático Óptima. Así, aseguró que es tan normal como habitual que te digan: "No me pongas el parte en el Óptima, llámame por telefóno que yo te mando enseguida al equipo de limpieza", circunstancia que, abundó, evita el control de la Administración para una correcta prestación del servicio.

Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico, lamentó una actuación por parte de la concesionaria que, estimó, no busca implantar un sistema más ágil para arreglar los desperfectos, sino tan solo para eludir el control de la Administración.

Reclamó por tanto un mayor control sobre la concesionaria y emplazó al IB-Salut a destinar más recursos humanos para ello. Por último, tras calificar como "muy grave" que el Servei de salut no estuviera al corriente de la existencia de este sistema de notificación de averías paralelo, aseguró que, en su condición de presidente de la junta de personal de Son Espases, llevarán este asunto a la próxima reunión que mantegan con la gerencia del hospital.

Guillem Vila, secretario general de sanidad en el CSIF, admitió que poco sabía del asunto pero recordó que en una ocasión, al llamar a la centralita para pedir el número de teléfono para comunicar una incidencia, le informaron de que existían dos números, uno oficial del IB-Salut y otro de la concesionaria. "Si esto es así, habrá que reclamar responsabilidades y exigir que este sistema paralelo deje de existir en todos los servicios externalizados", reclamó.

La única voz discrepante fue la de la delegada sindical del sindicato de enfermería (SATSE) en Son Espases, Celsa García, que aseguró que había hablado del asunto con dos supervisoras y que éstas le habían asegurado que cursaban todos los partes de incidencias a través del sistema oficial Óptima.