Con Trump al frente del mundo, solo cabe reírse de la ciencia, que la política ha demostrado poder con todo. Hace un siglo, los físicos que reformularon la realidad como cuántica andaban enzarzados en su idea de que una partícula puede estar en dos sitios a la vez, cual ministro en puerta giratoria. Arrancaba el siglo XX y que algo pudiera estar en dos lugares distintos sonaba a ciencia ficción en un mundo que, a falta de Trump, empezaba a verle el bigote a Hitler. Hoy la teoría está probada, pero Bohr, Einstein, Heisenberg, Schrödinger y compañía se habrían ahorrado años de fórmulas, premios Nobel y experimentos con uranio con un simple viaje a Fitur, un lugar en el que solo sobrevive el que es capaz de estar en todas partes al mismo tiempo, o el que se las apaña para desaparecer de todas ellas a la vez.

De estos últimos les hablo un día en el que tengan ganas de que se les abra la úlcera con ejemplos de pueblos que se han quedado una semana sin gobierno municipal por la excursión anual a Fitur de sus alcaldes y concejales, que se despiden de sus obligaciones locales pero no se les ve aparecer en sus misiones internacionales. Son puro bosón de Higgs: parece que existen, pero cuesta encontrarlos.

En la otra categoría, la de los ubicuos de partículas aceleradas, estamos casi todos los que ahora volvemos a Mallorca tras otra feria turística, una tan agotadora que les cuento hoy lo que me pedían anteayer. Entonces leían por aquí que Balears lucía un stand muy chulo, cosa rara. Y que había salido casi un 50% más caro, cosa normal cuando se paga con dinero de todos. Luego enseñaba un par de fotos. Pocas, que no había sitio. Y ustedes, con razón, se quejaban con mensajes tipo: "si el chiringuito es tan bonito y ha costado 530.000 euros, queremos verlo". Así que por fundamentada petición popular, aquí y en www.diariodemallorca.es van más fotos del stand, con sus negocios a la sombra de talaiots y sus reuniones en merenderos de la Serra, que el Govern se lo ha ganado como nunca: la organización de Fitur ha premiado al stand balear como el mejor de la feria en la categoría de comunidades autónomas. Nuestro más sentido pésame a gobernantes anteriores, que solo se libraron del premio al peor stand porque no existía. No les diré que recuerden donde lo leyeron antes, como haría Matías Vallés, que ya se lo recuerdo yo: por una vez y sin que sirva de precedente, el que firma acertó con un augurio, el del premio que ahora llega, tan improbable como que a su visionario servidor le guste un stand. También gustó (al jurado) el de Meliá: con sus Meninas, sus cocineros de la tele y su pintura corporal ganaron el premio de empresas, aunque este no lo vimos venir. Pueden analizar en la web las imágenes de los dos equipos ganadores. En Meliá lo celebran mostrando a sus currantes; en el Govern solo aparecen sonrisas de políticos, aunque son muchos otros los que se pegaron la paliza. Para todo hay clases.

Contradicciones físicas y metafísicas: ahora resulta que la saturación era verdad

Resuelto lo de la ubicuidad de las partículas y el imposible de que Balears hiciera tan buena promoción pública que se lo reconociesen, en el abarrote turístico que se avecina el próximo verano tendrían Einstein y todo su batallón de físicos centroeuropeos material para varias vidas de fórmulas infinitas. El verano pasado escribir "saturación" en un titular de prensa era para algunos poco menos que llamar a la turismofobia y ser un traidor a la patria mallorquina y su turismo. Empresarios y cargos del Govern salían en tropel a corregir al revolucionario con argumentos del peso de "son solo unas semanas", "es lo de cada año" y, el mejor de todos: "¿No sabes que vivimos de esto?".

Y hete aquí (o donde sea que estemos, en este mundo cuántico) que pasa el verano, llega Fitur, seguimos viviendo de un turismo que deja más pasta que nunca, y los del tropel político y hotelero empiezan a decir que esto se nos va a ir de las manos en 2017, que habrá una saturación aún más salvaje y que hay que tomar medidas urgentes contra el agobio. ¿Ustedes lo entienden? A Einstein le costaría, pero por suerte (y, a la vez, cuántica desgracia) aquí analizo yo: está en marcha la reforma del alquiler turístico en Balears, y ahora la saturación es el mejor argumento de quienes quieren prohibirlo, ya sean vecinos, ecologistas u hoteleros.

Prepárense pues para otro agobio, que se resume en una frase del presidente de Balearia, Adolfo Utor, cuando se le pregunta si van a mandar más mercancía a Mallorca este verano: "Eso no puede ser. Estamos al 100% de lo que puede asumir Balears, no puede haber crecimiento", dice Utor. Por supuesto, se equivoca: subestima la capacidad para destruir la isla que tenemos sus aborígenes. Y esta vez no va por los hoteleros, ojo, que toca empezar a mirarse el ombligo: en la isla, abundan quienes tienen uno de los 30.000 pisos que se alquilan ilegalmente, o han pensado en sumarse a la moda, o mientras se quejan de la saturación sueñan con poder comprarse algún día una vivienda para alquilársela a viajeros a 300 euros la noche. Menos mal que la culpa siempre es del Govern y de los hoteleros...

Física evolutiva, o cómo Mallorca intenta salir de la caverna del sexismo deportivo

Más física, ésta evolutiva, que en Mallorca hay quienes viven a la vez en el presente y en el pasado. O mejor dicho, en el presente y en la prehistoria, garrote en mano. Ayer en Diario de Mallorca Toni Oliva les contaba que la Challenge ciclista de Mallorca va a renunciar este año al espectáculo sexista de las azafatas que besan en el podio al ganador de la carrera. De la cuestión se hablaba esta semana en Madrid, horas antes de abrir Fitur, cuando Pere Muñoz, el director de la Agencia de Turismo de Balears, comentaba que todo el mundo se está modernizando en el turismo, incluso Melilla, stand siempre vecino de Balears, que en 2017 ha descubierto que promocionar su destino enseñando chicas guapas y neumáticas en bikini funcionaba mejor solo allá por los noventa, cuando Donald Trump solo era el histrión de la tele. "Eso no tiene sentido hoy. Hablamos con la Challenge para acabar con lo de la azafatas. Se empezó a hacer en Australia y en Mallorca somos los primeros que damos ejemplo en Europa. La organización estuvo de acuerdo en todo momento, aunque ha habido quejas del mundo del ciclismo", resumía Pere Muñoz, tipo peculiar, que un día privatiza la comunicación de un Govern 'de Progrés' (como ha vuelto a hacer en Fitur) y al siguiente firma el mejor stand en años y le sacude al sexismo. Falta hace: la cosificación de la mujer se resiste a extinguirse en el mundo de las dos ruedas, al que le quedan mentes de dos neuronas.

Física 'Cósmica' y la física de otro imposible: a Mallorca le gusta su Palacio de Congresos

Y vamos acabando, que el físico ya no da para más física y empiezan a atascarse las letras. Solo dos pinceladas más. La primera tiene que ver con 'Cosmic' Bonet, el conseller insular que ha apostado por promocionar Mallorca con imágenes de cómic. Les decíamos el otro día que la propuesta ha impactado, aunque sobre todo era comentada por lo mal que encaja con la promoción del resto de islas en el mismo stand. No hagan ni caso: los calendarios y bolsos con las ilustraciones de Mallorca son lo más cotizado de la feria. Vuelan de camino a las casas de los visitantes, mientras el resto de folletos solo viajan hasta la papelera más cercana. Loado sea Cosmic Bonet, al que le dolerá haberse perdido la feria y no salir en la foto cuando sí lo merecía.

Y segunda idea, esta vez de las hermanas Encarna, Isabel y Lidia Piñero, herederas del hotelero del mismo apellido, que tras escuchar las buenas noticias sobre el Palacio de Congresos de Palma, lanzan una idea al aire, a ver si la coge Gabriel Escarrer, otro de ideas vibrantes: "El Palacio es perfecto para que organicemos en Mallorca un gran evento turístico, tipo ABTA [la feria mundial de los touroperadores británicos]". Suena bien. Y no se me saturen: sería en temporada baja y los alcaldes excursionistas podrían ahorrar y de paso ir a la feria y volver en el mismo día, puro gobierno cuántico.