La enésima avería en los servidores informáticos del ministerio de Justicia dejó ayer paralizados, durante varias horas, los juzgados y los tribunales de Balears. El apagón informático obligó a suspender decenas de diligencias procesales y distorsionó especialmente la actividad de los juzgados de guardia.

El personal de Justicia de Balears empezó ayer su jornada laboral con un serio contratiempo: una caída generalizada de los servidores de Madrid. Una avería similar tuvo lugar hace algunos meses y también provocó numerosas distorsiones.

El apagón de ayer no afectó solamente a los programas de tratamiento procesal o a la red de notificaciones externas (Lexnet), sino que impidió cualquier otro tipo de usos de los ordenadores y otros equipos informáticos.

Los problemas informáticos son el pan nuestro de cada día en las oficinas judiciales insulares, pero los funcionarios han aprendido algunos trucos para seguir trabajando aunque se cuelguen los programas. Ayer esos atajos tampoco se pudieron coger y la paralización fue total.

El apagón afectó especialmente al juzgado de guardia de Palma y a sus homólogos del resto de partidos judiciales.

El personal no pudo registrar los asuntos que habían entrado, ni celebrar los juicios rápidos (había ocho pendientes), ni tomar declaración a los detenidos.

Declaraciones a mano

Los funcionarios de guardia estuvieron inactivos hasta las once de la mañana, cuando, poco a poco, los ordenadores empezaron a revivir y se recuperaron los programas y conexiones. Antes el personal barajó la posibilidad de tomar declaraciones a mano a los detenidos, porque tampoco disponían de ordenadores portátiles con plantillas para el tratamiento procesal de los asuntos.

Afortunadamente, la avería se solucionó y la guardia empezó a resolver asuntos, aunque con varias horas de retraso.

En los juzgados de Vía Alemania varios juicios se pudieron celebrar, al funcionar los sistemas de grabación, pero algunos tuvieron que suspenderse por problemas informáticos y otras vicisitudes.

En la Audiencia estaba señalada a esas horas una vista oral, que se suspendió, pero por otras razones. Los funcionarios no pudieron, al igual que en otras sedes judiciales, trabajar hasta cerca de las once de la mañana.

La fragilidad de los sistemas informáticos ha sido, desde hace años, una disfunción crónica de la Justicia insular. Balears, a diferencia de otras comunidades autónomas como Euskadi, Catalunya o Navarra, no tiene transferidas las competencias en materia de medios materiales y humanos de la Administración de Justicia.

Por tal motivo, la dotación de sistemas informáticos depende del ministerio de Justicia, que es también el que paga a los funcionarios, jueces, fiscales y secretarios.

Los problemas informáticos se han agravado con la puesta en marcha por Justicia de los planes de papel cero en las distintas jurisdicciones. La última en adaptar esa reforma es la penal.