El frío sigue, pero la alerta meteorológica ya no justifica el cierre de los colegios, así que los más de 3.200 alumnos que ayer se quedaron en casa (o salieron y aprovecharon para jugar con la nieve) hoy vuelven a clase.

Educación, en coordinación con la dirección general de Emergencias, decretó que ayer debían suspender sus clases y las actividades extraescolares todos los centros educativos de la Serra de Tramuntana (Bunyola, Deià, Escorca, Esporles, Estellencs, Fornalutx, Mancor de la Vall, Puigpunyent, Selva, Sóller y Valldemossa) además de los campos de aprendizaje de Orient y de Binifaldó. Los críos podrían haber llegado a clase sin problemas, pero más complicado hubiera sido irlos a buscar, habida cuenta de que a lo largo del día se cerraron varias carreteras. Los padres de los alumnos de la Escolania de Lluc, subieron a buscar a sus Blauets el lunes por la noche.

Los equipos directivos sí tenían obligación de acudir a los centros. Educación aseguró no haber recibido ninguna incidencia y subrayó que los mecanismos de información funcionaron (algunos directores habían llamado a todos los padres para cerciorarse de que estaban al tanto del cierre).

Algunos colegios, como el Gabriel Comas i Ribas de Esporles, ofrecieron información actualizada a través de su web y su Twitter. A la que no le llegó la información fue a la señora de la limpieza, que se presentó en su puesto de trabajo y cumplió con su tarea limpiando el patio. En este pueblo había cierto malestar ante la contradicción de que la escoleta pública sí abriera y el colegio no.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA), Vicente Rodrigó, explicó que no tenían constancia de quejas de las familias e indicó que desde la junta directiva de la entidad habían concluido que suspender las clases un día es "asumible" siempre que el motivo "esté bien justificado"

En el campus de la UIB algunos pequeños copos empezaron a hacer tímido acto de presencia sobre las once de la mañana en un campus más vacío de lo habitual. Los pavos reales del edificio de Son Lledó andaban despistados buscando refugio. A las dos de la tarde la nieve caía con fuerza y se veían más alumnos fuera de las facultades, grabando y haciendo fotos, que dentro.