La cocinera mallorquina, Macarena de Castro, premiada con una estrella Michelín, tendrá que afrontar el pago de una indemnización de 6.000 euros, por las consecuencias negativas que ocasionó una contestación por escrito a una crítica previa que había publicado una clienta en una plataforma digital. La chef ha sido declarada culpable en una demanda por cometer una intromisión ilegítima en el honor y en el derecho a la intimidad de la clienta, que salió decepcionada de su experiencia en el restaurante de Alcúdia.

Este incidente se sitúa en el mes de junio del año pasado. Una pareja acudió al restaurante y solicitó un menú degustación. La cliente quiso manifestar su opinión sobre su experiencia culinaria a través de la plataforma Tripadvisor. Decía que no le había gustado la comida que le habían servido y calificó la oferta de "estafa". Dijo que se habían visto obligados a devolver dos platos a la cocina. Macarena de Castro respondió a esta crítica negativa de su restaurante, publicando su respuesta en la misma plataforma. La cocinera señaló que la mujer y su acompañante habían bebido más de la cuenta durante la comida. Después explicó que al terminar ella se recostó en el sofá de la entrada, se descalzó y colocó los pies sobre el reposabrazos.

Pero, además, la reputada cocinera insinuó que esta clienta había intentado llevarse una lágrima de cristal mallorquina que decoraba la mesa. Detalló que el sommelier tuvo que preguntarle al otro comensal si había visto esta pieza decorativa. "Esperamos a que usted se ausentara para evitar una situación violenta. Seguidamente usted la devolvió". La chef también incluyó en su contestación nombres y profesiones de los comensales.

El juez que ha resuelto la demanda que presentó la clienta ha analizado las frases que Macarena de Castro realizó ante esta crítica a su restaurante. El magistrado entiende que muchas de las frases que utiliza la cocinera afectan a la intimidad y al derecho al honor, porque no se limitan a responder a la crítica sobre la comida, sino que aportan datos que intentan desacreditar a esta mujer. Recuerda la sentencia que esta clienta no es una persona pública y que la cocinera utiliza un lenguaje en su contestación "con el único ánimo de degradar a la actora y ponerla en una situación que la desacredite ante los demás usuarios de la plataforma".

El juez cuestiona, no solo que señale el nombre de la persona que realizó la reserva en el restaurante, sino que también incluya que se trata del director comercial de una empresa. "No era preciso, en contestación a la crítica de una usuaria anónima de una plataforma o dominio web, describir la profesión e identificar plenamente y sin posible equivocación al acompañante".

La sentencia se puede recurrir ante la Audiencia.