El pleno del Consell de Mallorca tuvo ayer un momento de tensión cuando el grupo de El Pi abandonó la sala en protesta por la pregunta de Catalina Serra, consellera insular de Ciudadanos, al presidente Miquel Ensenyat, en la que afirmaba que "ya han impuesto que hablemos en catalán y ahora quieren que seamos catalanes-mallorquines" y le emplazaba a aclarar si "lo próximo será que seamos cien por cien catalanes". Catalina Serra rebajó la contundencia de la pregunta en su exposición posterior, lo que no evitó la ironía de Miquel Ensenyat quien, tras negar que haya imposición de la lengua, le dijo que si él tuviera que elegir "en vez de catalán pediría que fuéramos extremeños, así tendríamos como mínimo 1.000 euros por ciudadano para cambiar cortinas y sofás".