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Turismo

Meliá empieza a seleccionar a los 200 trabajadores del Palacio de Congresos

A la espera de que los tribunales resuelvan un conflicto por las butacas de los auditorios, la cadena hotelera avanza con las contrataciones y los retoques de cara a la apertura en abril, pese a que aún no ha recibido oficialmente el complejo

Al auditorio del Palacio de Congresos, en la imagen, aún le faltan las butacas.

La inauguración del Palacio de Congresos vuelve a estar pendiente de una decisión judicial, aunque esta vez la situación es muy diferente. Tras doce años de batallas judiciales, conflictos políticos, pulsos corporativos, deudas reconocidas y sin reconocer, amenazas cruzadas, y parones en las obras, esta vez no cabe hablar de parálisis: mientras los tribunales dirimen la última disputa (quién pone las butacas de los dos auditorios), Meliá avanza con los detalles de las habitaciones del hotel anexo al palacio y ha empezado a contratar a los doscientos trabajadores del nuevo complejo de convenciones. Según confirman a Diario de Mallorca en fuentes del grupo de la familia Escarrer, de momento están en marcha los procesos de selección de directivos y mandos intermedios responsables de las ventas nacionales e internacionales del Palacio de Congresos, que ya trabaja en eventos previstos para primavera.

Pese al contratiempo judicial, el objetivo del grupo hotelero de la familia Escarrer es el mismo anunciado en noviembre, cuando se hizo público que Meliá había ganado el concurso para gestionar la infraestructura: abrir el Palacio de Congresos en abril. "Hay mucha ilusión y recursos puestos en este proyecto, en el que hay un equipo trabajando desde hace más de un año. Ahora no sabemos exactamente qué va a pasar con las butacas, pero lo que tenemos muy claro es que si en abril no se puede abrir, desde luego no va a ser porque nosotros no hayamos hecho todo lo posible", explican en Meliá.

Y eso que el grupo de la familia Escarrer aún no es titular de la infraestructura. Que así sea depende, en primer lugar, del fallo judicial sobre el concurso para adjudicar la colocación de las 2.454 butacas de los dos auditorios del Palacio.

En el escenario más favorable, la decisión del tribunal se conocerá este mismo mes, con lo que la empresa adjudicataria (Ascender S.L.) dispondrá de 50 días para poner los asientos. Después, el Ayuntamiento ya podría entregar oficialmente el Palacio a Meliá, que en ese supuesto optimista recibiría la infraestructura a principios de marzo. A partir de ahí, tienen cuatro meses para abrir las puertas del hotel y empezar a acoger eventos y congresos.

Es decir, la cadena mallorquina que lidera el mercado hotelero en Europa podría retrasar la apertura hasta julio sin incumplir sus obligaciones. Pero no lo hará, recalcan, antes de repetir la fecha objetivo: abril. Y si no es abril, cuanto antes. Para eso se avanza con todo lo demás, que es mucho. Una vez que reciba la infraestructura, Meliá se ha comprometido a hacer obras por valor de 4,6 millones de euros, destinadas a "mejorar la calidad e la oferta". Concretamente, con ese dinero adecuarán los espacios y ambientes del palacio al proyecto y la imagen del grupo, mientras completan detalles como la decoración de las 256 habitaciones del hotel, así como sus bares, restaurantes,piscinas, spa y salas de reuniones.

Preparando suites y ambientes

¿Da tiempo? En Meliá insisten en que sí. De hecho, ya han empezado a hacer esos trabajos. Disponen de una habitación piloto y de los diseños interiores, así que el resto es solo ejecutar una obra que no es gran cosa para un sector que estos últimos años ha demostrado ser capaz de demoler y reconstruir en menos de cinco meses hoteles de 400 habitaciones. En este caso, el reto no es tan grande, aunque el plan, según explicó el propio Gabriel Escarrer, es "muy ambicioso": pretenden situar Palma entre las cincuenta mejores ciudades de congresos del mundo. Quieren para ello hacer compatible el éxito cuantitativo con el cualitativo, organizando más de 320 convenciones de hasta 5.000 personas en los próximos cinco años, y atenderlos a la vez con los estándares de calidad más elevados. Todo ello con habitaciones a un precio de 125 euros la noche. Y y siendo rentables, claro. ¿Lo lograrán? En Meliá están convencidos de que sí. Sus cálculos apuntan a lograr 38.0000 congresistas el primer año, y más de 77.000 en el quinto ejercicio de actividad. Para empeza, en el horizonte se avizoran ya eventos como la convención mundial de un gigante alemán de la automoción o congresos internacionales de innovación y tecnología.

Para lograr un crecimiento tan rápido en un sector tan competido como el de los congresos, la clave, dicen, es la plantilla, doscientas personas que han empezado a seleccionar por el equipo de ventas. De hecho, las ofertas ya están en el portal web de Meliá, en el que se ofrecen puestopara un responsable internacional de ventas del Palacio de Congresos y otro para el hotel (Palma Bay, se va a llamar). También se busca un jefe de ventas nacional y otro de mantenimiento, ambos con experiencia de más de tres años, nivel alto de inglés y a ser posible "conocimientos de mallorquín". Son los primeros puestos. En las próximas semanas saldrán más. La idea es que haya 200 empleados, más o menos repartidos a partes iguales: cien en el hotel y otros tanto en el Palacio, más algunos profesionales con atribuciones en todo el complejo.

Negocio para todos

A ese cálculo inicial de 200 empleados se podrían sumar más, conforme se cumpla el plan de negocio. El Palacio de Congresos, además, generará empleo en otros hoteles, tanto de Meliá como del resto de cadenas. Lo confirman por ejemplo en Iberostar, que este invierno mantiene abierto su recién renovado cinco estrellas en Platja de Palma, precisamente, dicen, para organizar eventos y empezar a posicionar Palma como destino de congresos:"Habrá negocio para todo el turismo en las islas, en los hoteles y fuera de ellos. El hotel del Palacio de Congresos tiene menos de 300 habitaciones y va a haber eventos con más de 3.000 personas: hay para todos, algunos eventos irán a otros recintos. Además muchos de los que vengan a un congreso llegarán antes o se irán después. Aprovechará para conocer Mallorca, hacer excursiones o compras, jugar al golf o navegar. Esos es dinero para todos", dicen en Iberostar.

Ahora solo falta que, esta vez sí, el palacio de todos los conflictos abra para ser el de todos los congresos. Meliá está en ello.

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