en lo que queda de legislatura. Los recelos son mayúsculos entre los socios del Pacto, especialmente entre los socialistas y Més y Podemos, que van de la mano en este asunto. En Més no quieren que el próximo presidente sea Vicenç Thomàs, que ocupará el cargo en funciones en cuando el cese de Huertas sea efectivo. En las filas socialistas se señala a la consellera de Asuntos sociales Fina Santiago como la causante del veto. Otro cargo destacado de Més admite que más allá de sus reticencias sobre Thomàs, lo que pesa es evitar que el PSOE acapare más protagonismo político.

Francina Armengol estaría dispuesta a renunciar a la presidencia para Thomàs si Més aceptara ocupar el puesto. No obstante, los ecosoberanistas no están por la labor, y prefieren que Podemos continúe con su cuota en la Cámara. La presidenta del Govern busca evitar un nuevo vodevil como el protagonizado en los últimos meses con la expulsión de Huertas. Ninguno de los candidatos que Podemos pone sobre la mesa -la diputada ibicenca Marta Maicas y el 'felanitxer' Balti Picornell- ofrece garantías al PSOE de estabilidad duradera. Tampoco en Més suscitan euforia, pero confían en que Alberto Jarabo y el resto de la cúpula podemista han aprendido la lección y tutelarán al finalmente elegido para evitar que lo haga Huertas.