En unos tiempos en que todo se mide por la velocidad de conexión a internet y los megas, las viejas torres de vigilancia y atalayas de Mallorca volvieron a recuperar su antigua función y alertaron a la sociedad de la isla sobre un drama humano que está teniendo lugar en el mar que baña sus costas. Humo por la mañana y fuego por la noche para poner la lupa sobre una situación que debería avergonzar a todo ser humano.

Cerca de cuarenta de estas torres y otros puntos de la isla como el Castell de Alaró o el Puig de Sant Salvador se sincronizaron ayer para, a la una del mediodía, lanzar señales de humo para intentar concienciar a los mallorquines señales de humo para intentar concienciar a los mallorquines de la situación por la que están pasando miles de personas en el Mediterráneo por el simple hecho de huir de la guerra en busca de una existencia digna.

Con la bahía de Palma como eje principal, las señales partieron en uno y otro sentido para completar la circunferencia de la isla en apenas media hora. En Palma, la torre del homenaje del Castell de Bellver sustituyó al Palau de la Almudaina como punto de recepción y de emisión de las señales en Ciutat.

Allí estaban las autoridades que apoyaron con su presencia esta iniciativa surgida del IES Marratxí y de la Societat Balear de Matemàtiques que, además, matando dos pájaros de un tiro, aprovechó para homenajear a Joan Binimelis, médico, astrónomo, matemático e historiador manacorí de cuyo fallecimiento se acaban de cumplir cuatrocientos años y que fue el encargado de perfeccionar y articular este sistema de comunicación en la isla de Mallorca.

Por parte del Consell de Mallorca estaba su presidente, Miquel Ensenyat acompañado del vicepresidente primero y conseller de Cultura, Patrimonio y Deportes, Francesc Miralles, que, aprovechando la ocasión, también mostró su compromiso por desarrollar un plan para rehabilitar y recuperar para el disfrute público estas torres de vigilancia, muchas de ellas de propiedad privada.

El presidente de la institución insular se mostró muy crítico y comparó la actual situación con la vivida en la época de la Alemania nazi, cuando la sociedad germana miró hacia otro lado mientras los campos de concentración funcionaban a pleno rendimiento.

"Es muy importante que ahora estas torres de vigilancia recuperen su función, pero no para dar una señal de alarma por una invasión, sino para poner de relieve lo que está pasando en el Mediterráneo. Y tenemos que actuar porque si no la historia nos exigirá responsabilidades por haber convertido el Mediterráneo en una fosa común de refugiados", advirtió el presidente del Consell.

El alcalde de Palma, José Hila, no dudó en calificar de "absolutamente brillante" esta iniciativa que ha amalgamado la historia y el patrimonio por una causa justa, mientras que la consellera de Serveis Socials y Cooperació, Fina Santiago, se congratuló de que las antiguas torres de defensa de Mallorca fueran utilizadas para otra defensa: La de los derechos humanos más fundamentales que se les están hurtando a los refugiados.

Junto a Santiago acudió al acto su compañero de Govern Vicenç Vidal, conseller de Medi Ambient, Agricultura i Pesca, que se afanaba desde Bellver por vislumbrar las señales de humo procedentes de Cala Figuera o Cap Enderrocat.

Pep Lluís Pol, profesor de Matemáticas del IES Marratxí y miembro de la Societat Balear de esta ciencia, instituciones de las que partió la acción realizada ayer, leyó un manifiesto en el que emplazó en primer lugar a las instituciones y particulares de las que dependen estas torres y atalayas a conservarlas. Y después arremetió contra la "inoperancia" de las autoridades europeas en el drama de los refugiados que, advirtió, "nos ha convertido a todos en testigos pasivos, cuando no directamente cómplices, de la muerte de miles de personas en medio de un mar que, en otro tiempo, se convirtió en una cuna de lo mejor que nos podía ofrecer la humanidad".

Concluyó el manifiesto confiando en que la acción de ayer sirviera para dar voz a los que la han perdido y en que estas torres sirvan ahora para iluminar el camino de unas personas que tan solo aspiran a poder llevar una "vida humana".