Desde la conselleria de Educación admiten que los centros que imparten asignaturas en inglés este curso son "los que ya lo hacían", pero aún así el organismo se muestra "satisfecho", especialmente con la incorporación de los institutos de Educación Secundaria a esta modalidad de enseñanza, ya que antes mostraban "cierta resistencia".

Así se expresó ayer la directora general de Formación Profesional y Formación Permanente, Maria Alorda, cuyo departamento controla también el área referente a la enseñanza de lenguas en los colegios e institutos. Antes de analizar los datos, Alorda matizó dos puntos: primero, que son provisionales ya que hay centros que aún no los han introducido en el sistema informático de la Conselleria; segundo, que impartir materias en lengua extranjera es solo una de las opciones posibles para mejorar la competencia lingüística de los chavales.

"Cada centro elige su modelo lingüístico y su estrategia", apuntó, "habrá otros que prefieran hacer proyectos en inglés, apostar por la internacionalización del centro..." La directora general indicó además que estas cifras puede que aumenten el próximo curso ya que, según asegura, se han llenado todo los cursos que han ofrecido este a los profesores para mejorar su nivel de inglés o para aprender la metodología AICLE para impartir asignaturas no lingüísticas en inglés. "Habrá más profesores formados y quizás en algunos centros se vean con más coraje de impartir alguna asignatura en inglés", aventuró.

Formación del profesorado

Desde la Associació de Professors d'Anglès de les Illes Balears (APABAL), tienen justamente la sensación contraria: el número de docentes interesados en mejorar su nivel de inglés ha bajado drásticamente (los datos de matrícula de las Escuelas Oficiales de Idiomas, que han perdido miles de alumnos en los dos últimos cursos, respalda esta apreciación).

"Hemos detectado, que al no haber ningún compromiso formal para implementar áreas de contenido en lengua inglesa, los colegios han bajado su nivel de compromiso y se han desmontado muchas iniciativas y en el mismo sentido, muchos profesores que se habían activado para mejorar sus competencias en la lengua inglesa, han dejado correr ese proyecto personal", indicó Montse García, presidente de la asociación, "no deberíamos olvidar que muchos países ya exigen a sus docentes el conocimiento de la lengua inglesa en un nivel alto y en Balears todos los graduados han de demostrar al acabar su carrera que poseen un nivel (B2) de competencia lingüística en lengua inglesa".

Concluyó: "Por una parte pedimos que todo el profesorado interino tenga la titulación adecuada y la competencia exigida para impartir lengua inglesa y por otra se diseñe un plan de acción para la implementación de áreas de contenido en lengua inglesa". Recordó que APABAL apoya cualquier acción que se promueva en los centros escolares para mejorar la competencia de los estudiantes en la lengua inglesa "siempre que estén bien diseñadas".

Desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos FAPA, su presidente Vicente Rodrigo razonó que "la realidad se impone" y que esa realidad es que no en todos los centros "alumnos y profesores están preparados para recibir o impartir una asignatura en lengua extranjera".

Recordó que la población escolar de las islas es compleja y diversa lo que dificulta ya de por sí la enseñanza, con lo que lanzarse a dar materias en inglés en según qué centros es ya toda una proeza. Criticó en este sentido que el Decreto de Lenguas Extranjeras no recogía ni concretaba recursos extra para los centros que se animaran: "Mantenía la filosofía de 'con lo que tengas haz lo que puedas", lamentó. Rodrigo deploró que no todos los colegios e institutos tengan recursos o profesorado formado o dispuesto a impartir asignaturas en una lengua extranjera ya que eso puede generar algún problema de equidad e incrementar la brecha de un centro a otro.

Educación está esperando las conclusiones del comité de expertos que se designó para diseñar un modelo lingüístico para la enseñanza. Alorda se mostró convencida de que su propuesta se hará en coherencia con los dos decretos que rigen ahora: el de Mínims (que establece que un 50% del horario ha de hacerse en catalán) y el de Lenguas Extranjeras.