¿Se han portado bien en la conselleria de Educación? ¿Les habrán traído regalos? Algo les ha caído, aunque no todos crean que se lo merezcan. La Assemblea de Docents sigue esperando que se destine a Educación ese 30% extra que se pactó hace más de un año. Sindicatos de concertada reclaman más inversión y equiparación total con el profesorado de la pública. Aspirantes a opositar y lograr plaza fija están decepcionados con la oferta anunciada (aunque sepan que depende de Madrid). Los profesores de Religión están indignados con sus recortes. La Apima del Costa i Llobera sigue esperando su reunión. FAPA reclama inversiones en municipios que han quedado excluidos del plan de infraestructuras educativas. La lista de colectivos descontentos es larga. En Educación siempre lo es. Y si hablamos de descontentos con Educación, ahí están los padres de la niña agredida en el colegio Anselm Turmeda de Son Roca, que esta semana han vuelto a los titulares al presentar sus anunciadas querellas contra las profesoras que vigilaban el patio y contra la directora del centro y contra Martí March (a quien el sindicato FETE-UGT instó ayer a defender jurídicamente al personal del colegio).
Los obsequios
Pese a todo, la Conselleria ha recibido regalos, según figura en la lista de obsequios publicada en la web de Educación en cumplimiento con la transparencia. Al conseller March le ha tocado lo mejor de la lista: una muñeca. Se trata de un Baby Pelón, unos muñecos especiales y solidarios diseñados por famosos para recabar apoyos en la lucha contra el cáncer infantil. Son muñecos sin pelo que buscan además ayudar a los niños a normalizar yudaremos a unos niños a normalizar el cambio físico que sufren a causa de la quimioterapia. Éste regalo ha sido de Baleària. Han llegado muchos más: sobre todo muchos libros, pero también turrones (de la editorial Anaya); cocas de patata (de ANPE); bombones (del STEI). También un sombrero de paja de color rojo, de parte del comité paraolímpico español.
Aún quedan los Reyes Magos y todavía puede caer algo más. Ojalá traigan más dinero a la Conselleria, para quitar todos los barracones de golpe. O mejor: una máquina del tiempo, para volver atrás y poder planificar y comenzar a construir y ampliar los colegios e institutos cuando tocaba y no ahora, deprisa y corriendo y cuando la presión demográfica vuelve a desbordar las aulas. También se traigan de oriente Ojalá los Reyes traigan un pacto educativo. ¿No son magos?
