El expresident del Govern Jaume Matas pide la libre absolución en la pieza separada 8 del Palma Arena, donde se juzgará si la contratación del primer arquitecto del velódromo público, Ralf Schürmann, fue delictiva como postulan las acusaciones. Matas asegura que no conocía de nada a Schürmann y que su fichaje corrió a cuenta del entonces director general de Deportes del Govern, José Luis-Pepote Ballester, también acusado en esta pieza.

Los abogados Josep Zaforteza y Miquel Arbona ya han calificado la pieza 8, donde Matas se juega una condena de 2 años de privación de libertad por un supuesto delito de fraude a la Administración en la contratación a dedo, y sin concurso, del especialista.

Los hechos se remontan a finales del 2004 cuando el Govern decidió construir un velódromo público en Palma para albergar los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Pista de 2007.

Según la fiscalía anticorrupción y la acusación particular en nombre del Govern, en noviembre del 2004 Ballester le propuso por teléfono a Schürmann el encargo de diseñar y construir la instalación, que inicialmente iba a servir para varios deportes.

En aquella primera conversación el técnico ya adelantó una cifra del coste del proyecto y de su ejecución. Ballester habría dado el visto bueno a esa cantidad sin poner ninguna objeción.

Matas busca ayudantes

El president del Govern Jaume Matas fue la persona, que, según la fiscalía anticorrupción, tomó todas las decisiones importantes sobre el Palma Arena auxiliado por Pepote Ballester. Oficialmente existió un Consorcio para la Construcción del Velódromo y la junta de patrones de Illesport, la fundación pública del Govern que puso los fondos para las obras y coordinó el proyecto, pero los acuerdos fueron adoptados por Matas y su director general de Deportes.

Como Ralf Schürmann no estaba colegiado en España necesitaba de unos ayudantes para los trámites burocráticos. Matas pensó en los hermanos Jaime y Luis García Ruiz, dos arquitectos mallorquines con los que tenía cierta amistad y les propuso que ayudaran al experto extranjero.

A medio plazo, el Govern se mostró descontento con el trabajo de Ralf Schürmann y le despidió, siendo sustituido por los García Ruiz. En la pieza separada 9 se enjuiciará también la supuesta contratación irregular de los dos hermanos, por las que se reclama para Matas otra pena de 2 años de cárcel.

Ralf Schürmann fue contratado formalmente por el patronato de Illesport en enero de 2005. Las dos partes pactaron que el arquitecto recibiría 9,466 millones de euros por elaborar los proyectos y dirigir las obras del Palma Arena.

Ralf Schürmann, cuando fue despedido, presentó al Govern facturas por casi 2,4 millones de euros, pero solo recibió 1,6 millones de euros.

Tres delitos

Matas y Ballester se enfrentan por estos hechos a tres delitos: prevaricación, fraude a la Administración y falsedad documental por funcionario público.

Por la prevaricación, en concurso con la falsedad, se piden para el también exministro de Medio Ambiente diez años de inhabilitación especial. Por el supuesto fraude en la contratación se reclaman 2 años de cárcel e inhabilitación especial para cargos y empleos públicos durante 10 años.

Ballester llegó, durante la instrucción del Palma Arena, a un acuerdo global con la fiscalía anticorrupción para ver atenuadas sus futuras condenas a cambio de una colaboración en las pesquisas.

Por la pieza 8, el exalto cargo del Govern se enfrenta a 3 meses de prisión, sustituibles por una multa de 540 euros.