El día después de Navidad, en Sant Esteve, un pescador submarino rescató en la bahía de Palma a un delfín que había quedado enganchado en unas redes y llevaba una semana atrapado.

El animal, una hembra que medía más de tres metros, sufrió heridas en la cola, pero pudo ser liberado y se fue nadando inmediatamente mar adentro.

El cetáceo fue visto por primera vez el lunes 19. Un particular dio aviso al 112 y con la colaboración del Club Náutico de s'Arenal, el equipo de rescate de fauna marina de Palma Aquarium intentó liberlarlo de la red, pero, según informó ayer la conselleria de Medio Ambiente, no lograron capturarlo porque esquivaba las embarcaciones que intentaban ayudarle.

El 24 de diciembre un grupo de jóvenes que practicaban deporte a una milla frente a la Seu, lo vio y volvió a dar aviso. Se puso en marcha un nuevo operativo, pero fue imposible encontrar al ejemplar.

Desde entonces, la situación del mamífero empeoró porque quedó enredado en restos de mayor tamaño, con lo que ya le costaba mucho nadar y mantenerse a flote para respirar.

Estaba "exhausto"

El animal, "exhausto", fue avistado el lunes a una milla del Club Náutico del Molinar, enredado en un gran resto de red de más de 2 metros que la arrastraba hacia el fondo.

Antonio Garriga estaba practicando la pesca submarina en la zona cuando fue interpelado por un hombre que se le acercó en una tabla de paddle surf para pedirle ayuda para liberar a un delfín que habían encontrado atrapado en una red y que no podía moverse. El pescador acercó su barca neumática, donde se encontraba también una embarcación motora de mayor tamaño. Sus tripulantes ya habían dado aviso al 112 sobre el hallazgo y dejaron a Garriga el bichero para subir la red.

"El animal apenas podía salir a la superficie y casi no podía respirar", explicó Garriga, "no sé si hubiera aguantado mucho más".

El pescador utilizó un 'churro' flotante infantil para que el animal se mantuviera mejor en la superficie junto a la barca auxiliar mientras él cortaba la red, que además se había enredado con un trasmallo (un arte de pesca conformado por otras tres redes).

Tras media hora de intervención, Garriga logró cortar más o menos la mitad de la red. "Intenté hacerlo lo más separado posible del delfín", narró el pescador, "hubo un momento en que se puso nervioso y me embistió".

A mitad del proceso llegó personal de Palma Aquarium, que concluyó la operación y liberó al animal, que había sufrido daños en la piel de la cola debido al roce de las redes. "La tenía en carne viva", indicó Garriga, quien señaló que pese a esta herida el cetáceo se fue nadando mar adentro sin problemas. El equipo de rescate constató que la aleta caudal conservaba su movilidad.

El pescador razonó que debido al fenómeno conocido como las calmas de enero es habitual que animales como escualos y delfines se acerquen a las bahías estas fechas: "Un compañero fue atacado por un cazón el otro día", aseguró.

El pasado domingo, día de Navidad, se encontró un ejemplar muerto de tiburón cañabota gris (Hexanchus griseus), de 3,8 metros de longitud en la orilla del Molinar.

El Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB), que gestiona la recuperación de la fauna marina a través de Palma Aquarium, destacó la importancia de la participación ciudadana en estos casos, pero recordó que es importante avisar inmediatamente a los servicios de rescate para evitar accidentes.