Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Cierran al científico que quiso reinar

Mallorca desfila orgullosa a la cola de la Unión Europea en I+D+i, aunque ha efectuado las trampas de rigor al disfrazar subvenciones pedestres de investigaciones. Pese al arrinconamiento de la ciencia, un investigador y empresario ha prendido la mecha de la mayor crisis de la legislatura. Podemos ha expulsado al veinte por ciento de su fuerza parlamentaria, en una automutilación sin precedentes, por colocarse al servicio de Daniel Bachiller.

El cierre de un laboratorio debería ser una noticia aciaga en una comunidad sin ciencia. Sin embargo, la Navidad será el segundo motivo en orden de importancia de los brindis con champán que prodigarán estos días los científicos mallorquines. A tal extremo llega la animadversión que se granjeó Bachiller entre sus colegas. El científico que quiso reinar echa el cierre.

Hasta tres altísimos cargos se desplazaron al laboratorio del hospital Juan March, para cambiar las cerraduras del recinto invulnerable de Bachiller. Solo faltó que arrojaran sal sobre las instalaciones, o que les prendieran fuego. Los notarios de la expulsión del paraíso representan a los mismos partidos que habían negociado sin ruborizarse la continuidad indefinida del dirigente científico de Podemos.

Pocos seres humanos poseen un concepto tan elevado de sí mismos como Bachiller. No se dispone ahora a investigar el sida, sino a curarlo. Ya había sobrevivido a Matas, Antich, Bauzá y sobre todo al doctor Àlvar Agustí cuando saltó a la popularidad, como integrante del equipo de Podemos que negoció el Pacto de Progreso. Escribí un párrafo anodino sobre su irrupción estelar, y recibí acusaciones perseguibles penalmente de sus colegas. Con una salvedad tal vez impropia de investigadoras de alto nivel:

-Eso sí, es muy guapo.

Bachiller no desmintió su belleza en una entrevista, la decapitada parlamentaria Montse Seijas negó que hubiera caído víctima de su embrujo junto a Xelo Huertas, "porque no es mi tipo". El investigador confiaba en que Podemos le catapultaría, el equipo de cambio de cerraduras de laboratorios estará muy ocupado si ha de clausurar todos los despachos y cátedras estériles de la ciencia mallorquina. Le formulé a Bachiller una última pregunta:

-Quienes somos odiados, sabemos que lo merecemos.

Esquivó la respuesta, ahora la ha obtenido de boca ajena.

Compartir el artículo

stats