La conselleria de Educación sigue afinando el proceso de selección y nombramiento de los directores de colegios, institutos y centros de enseñanzas especiales. Ahora ha diseñado un procedimiento de evaluación para revisar la labor de los directores que quieran continuar en el cargo: los aspirantes solo renovarán si logran una evaluación positiva de su labor en el puesto.

Un total de 34 equipos directivos de centros educativos de las islas deben decidir ahora si quieren continuar en el puesto por un periodo de cuatro años más. Tienen quince días naturales para decidirlo y 60 para remitir a la Conselleria una actualización de su proyecto de dirección (que también deberán presentar al consejo escolar del centro).

Los inspectores serán los encargados de realizar esta evaluación y tienen un plazo máximo de tiempo para hacerlo: 90 días naturales, contando desde el día de ayer, cuando se publicó la lista de directores que deben decidir si quieren continuar al frente. Así, a principios de marzo ya deberían estar confeccionadas estas evaluaciones: "El nombramiento por este nuevo periodo está condicionada a la evaluación positiva de su trabajo durante el periodo anterior".

Para hacer la evaluación, los inspectores valorarán de qué manera el director ha llevado a cabo su labor los cuatro años anteriores; se entrevistarán con él las veces que sean necesarias y recopilarán "información contrastada" con todos los sectores de la comunidad educativa, lo que incluye a profesores, familias y alumnos.

Así lo detalló a este diario el director general de Planificación, Ordenación y Centros, Antoni Morante, quien indicó que el objetivo es que los inspectores sigan un modelo común muy claro para evaluar a los equipos directivos de una manera "más exhaustiva".

Los criterios de evaluación ya estaban definidos desde el 2004, pero no se había especificado el procedimiento sobre cómo hacerla. La mayoría de las veces la renovación era un trámite. Los criterios incluían la buena organización de los recursos del centro; el seguimiento del proyecto educativo; el impulso de programas institucionales e iniciativas de formación e innovación; la disponibilidad para atender a los alumnos y a las familias; el favorecer la convivencia y la resolución de conflictos o la organización de actividades extraescolares, entre otros aspectos.