El Consell de Govern aprobó ayer ordenar a la Abogacía de la Comunidad Autónoma que interponga una demanda contra una barbería de Palma que exhibe en su fachada un rótulo de carácter sexista.

La demanda será presentada ante el Juzgado de lo Mercantil de Palma contra el establecimiento ubicado en la plaza Progrés al considerar que su rótulo es una "vejación para las mujeres", al permitir la entrada a los hombres y los perros, pero vetar el acceso a las mujeres. El establecimiento es propiedad de un holandés que abrió el local en el año 2013 y defiende la barbería como un club masculino.

La Abogacía considera que los rótulos de la barbería palmesana presentan a la mujer en términos vejatorios y discriminatorios. La consellera de Presidencia, Pilar Costa, departamento del que depende el Institut Balear de la Dona, indicó que el establecimiento había sido requerido en varias ocasiones para que procediera a la retirada y ha incumplido. Se sabe que el propietario de la barbería, cuando recibió el requerimiento del Institut Balear de la Dona, lo retiró. Sin embargó, al cabo de unos días volvió a colocarlo en la fachada del comercio.

El rótulo de la barbería contiene tres dibujos. Debajo del de la cara de un hombre se puede leer: "Yo puedo entrar". Debajo del perro se apunta: "Yo también". Y en el de la mujer se lee: "Yo no". Está escrito tanto en castellano como en inglés.

Al estilo de un club masculino

Detrás del letrero provocador, insultante, según el Institut Balear de la Dona, porque veta la entrada a las mujeres y abre el paso exclusivamente a hombres y perros, se encuentra desde el año 2013 la barbería masculina Syndicate Barber, ubicada en la plaza del Progrés de Palma.

La regenta un ciudadano holandés, llamado Bob Van den Hoek, que ha querido convertir su local palmesano de peluquería, en el corazón del barrio de Santa Catalina, en una especie de club masculino, donde suena jazz y rock and roll de los setenta en discos de vinilo y el cliente puede relajarse charlando cómodamente o disfrutando de una copa mientras le cortan el pelo o le arreglan la barba. Eso sí, siempre sin la presencia de mujeres o niños. Esto ocurre en el siglo XXI en Palma. El propietarios ha afirmado en alguna ocasión que ninguno de sus clientes se han quejado por semejante cartel. Se da la casualidad que el rótulo de la polémica es precisamente obra de la mujer del peluquero, de profesión diseñadora. Y se ideó para mostrar a los posibles clientes ya desde la fachada el ideario de la barbería.

La consellera Pilar Costa indicó que decidieron tomar acciones legales antes las numerosas quejas presentadas. Se ha procederá a denunciar al propietario ante el Juzgado de lo Mercantil de Palma al tratarse de un establecimiento comercial.