Más de trescientos invitados abarrotaron anoche el Hotel Valparaíso donde los farmacéuticos celebraron su anual homenaje a su patrona, la Inmaculada Concepción, en un acto en el que el presidente del Colegio Oficial de las islas, Antoni Real, ofreció al Servei de Salut aumentar las vías de colaboración con su colectivo.

Durante la gala se hizo entrega de las insignias de oro a dos farmacéuticos con cincuenta años de colegiación a sus espaldas, Bartolomé Estelrich Capó y Joan Ginard Ballester. Ninguno de los dos pudo acudir al acto y Carme Estelrich recogió el galardón en nombre de su padre Bartolomé Estelrich.

También se entregaron 9 insignias de plata a otros tantos boticarios con 25 años de profesión. Estas últimas recayeron en Alfonso Oliver, Antònia Juan, Cristina Antich, Angélica Rado, María Torres, Albina Estévez, Carolina Ripoll, Antoni Barceló y María Teresa Serra. Durante su discurso, el presidente del COFIB recalcó que "desde las oficinas de farmacia podríamos contribuir más y de forma más regulada en asuntos de Salud Pública". En este punto reveló que este año acabarán con cerca de 700 test rápidos del sida realizados en las farmacias y que hasta el momento 11 de ellos han resultado positivos. Y recordó la importancia de contar con un diagnóstico precoz con esta enfermedad tanto para mejorar el pronóstico como para evitar contagios.

También adelantó que trabajan por dar a conocer tanto a los ciudadanos como a los profesionales la existencia de sistemas personalizados de dosificación que mejorarán la adherencia terapéutica de los pacientes a los tratamientos prescritos. "Se calcula que entre el 30% y el 50% de los pacientes no toman las medicinas como se las han prescrito, lo que se ha convertido en un problema prioritario de Salud Pública por las consecuencias negativas que conlleva: Fracasos terapéuticos, mayores tasas de hospitalización y un aumento de los costes sanitarios", señaló.

Recordó la "imprescindible" colaboración de la institución que preside en el cambio del programa informático de la receta electrónica que ha permitido que, desde el pasado jueves, más de 203.000 pensionistas de las islas puedan retirar sus fármacos pagando solo la cantidad fijada según su renta.